LA PRENSA.- Lara no vivió un día festivo. La grave crisis económica que atraviesa el país ha eliminado las tradiciones, incluyendo el famoso domingo dedicado a las madres. Calles apagadas, tiendas cerradas, restaurantes solos y hasta cementerios vacíos fue el escenario reinante en la entidad.
“Estamos en un momento tan crítico en el que las madres entienden que la poca plata que hay es para comer. Hoy visité a la mía, pero fui después de desayunar y me fui antes de almorzar. Volveré en la noche y pasaré el día con ella porque no pude darle nada”, comentó Miguel Rojas cuando fue consultado.
La opinión de Rojas parece generalizada. A lo largo y ancho de la entidad se sintió un ambiente apático y normal. Las calles, que en años anteriores eran cerradas para el desarrollo de fiestas en honor a las madres, estaban abiertas y ni un radio prendido. Las tiendas, que generalmente abrían estos días, cerraron sus puertas y en los cementerios municipales eran contados los hijos que visitaron a su progenitora.
“Así está Venezuela. Yo me vine temprano para vender flores, pero hasta ahora no he vendido nada. Vendí más ayer que hubo un entierro”, dijo Alberto Piña, vendedor de flores en el cementerio de Tamaca.
Personas consultadas por La Prensa aseguraron que el país no está para celebrar ni siquiera una fecha tan especial como la del Día de las Madres, pues alegan que el poco dinero que consiguen es para poder comer.