Evana Materán Díaz | LA PRENSA.- Los sastres se suman a las costureras y reconocen lo complicado que se les hace mantener su negocio cuando los materiales que necesitan para confeccionar los trajes aumentan con frecuencia.
Rafael Carta tiene 48 años trabajando como sastre y recuerda que antes no salía tan caro comprar lo que necesitaban para prestar un buen servicio.
En la actualidad mantiene la calidad en las prendas que confecciona o repara, pero reconoce que a la semana sólo van cuatro clientes.
Se ha hecho costumbre que los clientes sólo manden a reparar camisas o pantalones para reducir las tallas debido a que han bajado de peso.
Son pocos los que mandan a hacer un pantalón o traje completo. Los precios de estas prendas varían entre los 120 mil y los 350 mil bolívares.Además el cliente debe llevar la tela que se va a usar para la confección.