Luis E. Marchán | LA PRENSA de Lara.- Ante los altos costos de la ropa para estrenar en las Navidades, son muchos los larenses que consideran que lo mejor es mandar a confeccionar las piezas, pues así resulta más económico.
«Como están los precios prefiero buscar a mi comadre y mandar hacer una blusa y un vestido para mi hija y para mí, porque sale mejor comprar una tela de popelina que me cuesta el metro 80 mil bolívares y la hechura en 60 bolívares cada pieza», dijo Carmen Camacaro, cuando no pudo comprar ropa para sus estrenos porque debía desembolsillar 3.932.000 bolívares.
Ese testimonio de Carmen se repite todos los días en los centros comerciales y el bulevar de la 20 porque a los venezolanos con un sueldo mínimo no les alcanza para vestirse en estas Navidades.
Ramón Sánchez, dijo que hace tres años compraba guayaberas para el 24 y 31 de diciembre, pero con la subida del dólar el precio de esta prenda superó los dos millones de bolívares. «Prefiero comprar la tela de lino porque el metro cuesta 40 mil 600 bolívares y con dos metros y medio que se usa para hacerla, lo que gastaré 104.800 bolívares, más la hechura en 300 mil, me viene saliendo en 404.800 bolos».
En las últimas semanas se ha visto en las tiendas de telas gran afluencia de personas en búsqueda de los mejores precios, porque la hechura le pueden garantizar la vestimenta completa, es decir, para el hombre, adolescente o niño, una camisa y un pantalón; mientras que para una dama, una adolescente y una niña, un vestido, falda o blusa.
«Compré seis metros de drill y gabardina de varios colores y gasté 1.320.000 bolívares para mandar hacer dos vestidos, dos camisas y dos faldas, ahorrándome un platero«, comentó Gisela Bermúdez.
Un comerciante de ropa, al ser consultado acerca de la gente que manda a hacer la ropa, debido a los altos precios y el impacto que le puede causar a estos negocios, comentó que las ventas hasta ahora están por debajo, pero son optimistas cuando entre la primera quincena de diciembre, cuando las cosas pueden mejorar, más cuando la mayoría de costureras ha emigrado o se ha dedicado a otros tipos de actividades.
«Hasta ahora no se puede hablar de ganancias o pérdidas, porque las tiendas de telas siempre son frecuentadas en cualquier mes, y el repunte en locales de ropa mejora a pocos días para las navidades y el fin de año», dijo otro comerciante de la 20.
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