Isabella Delgado | LA PRENSA.- Consigue comida en un comercio chino, pero no tiene efectivo para pagarla. Busca un comercio con punto, encuentra una panadería, hace una cola de dos horas para pagar y al llegar la transacción es declinada. “¡Dios santo!, uno ya no encuentra qué hacer. En este país no hay orilla”, suelta con desespero Jesús Narváez, el designado por su familia para hacer las últimas compras en vísperas de Navidad.
Con resignación decide irse al Banco Venezuela de la avenida Vargas para tratar de sacar efectivo y se encuentra una cola que recorre toda la cuadra. “El que diga que este Gobierno no es responsable de este desastre es porque es ciego”, rezonga ya en la cola para hacer retiros, a cuatro horas de haber salido a la calle, con las manos vacías y lleno de indignación.
Jesús es uno de los consultados por La Prensa que aseguraron haber experimentado grandes dificultades para realizar transacciones de dinero con billetes y puntos de ventas, que colapsaron durante las horas pico de algunos comercios.
El ritmo de atención en las cajas de pago y vendedores de comercios del centro y mercados confirmaron la queja. “A las 10:00 de la mañana empieza a echar broma el punto. Se pone muy lento y hay que pasar más de dos veces cada tarjeta. Luego mejora después de las 2:00 y en la noche, cuando la gente sale del trabajo y sale a comprar vuelve a ponerse lento”, comentó la cajera de una panadería.
Los bancos también lucieron repletos. En el Banco Nacional de Crédito de la avenida Pedro León sólo estaban aceptando retiros de dos mil bolívares o menos por falta de billetes. En el Provincial de la Zona Industrial el límite fue de cinco mil hasta mitad de mañana, cuando llegó la remesa correspondiente.