Osman Rojas | LA PRENSA.- Las autoridades sanitarias se han olvidado de las comunidades. Esa es la sensación que tienen las personas de diferentes sectores al ser consultadas sobre las jornadas de fumigación y es que, desde hace más de un año, la Dirección Regional de Salud no hace recorrido por las barriadas de la entidad.
Quemando cartones para ahuyentar a los zancudos y dependiendo del ventilador están los padres en zonas populares. “Antes los zancudos se veían por temporada, pero ahora es todos los días. Yo tengo un niño de tres años que me amanece rojo por las picadas”, comentó Isabel Castro, quien vive en La Campiña de Cabudare.
La mujer relata que desde que ella se mudó (hace poco más de un año) la zona no ha recibido jornadas de fumigación. Las tradicionales cuadrillas de abatización que recorrían las calles del estado tampoco se ven.
“Lo que más nos asusta es la escasez de medicamentos que hay. Los antibióticos no se consiguen y un dengue en medio de una crisis humanitaria como esta es peligroso”, concluye.
Las comunidades cercanas a quebradas son las más afectadas. En la Ruezga, La Pastora o Las Veritas hay una alarma generalizada por la falta de fumigación, pues durante el primer semestre del año pasado estos tres sectores registraron múltiples casos de dengue e incluso al norte de la ciudad hubo un caso sospechoso de zika.
César Ribas, coordinador del grupo médico Lara Entera por la Salud, se mostró alarmado por esta situación y considera que el Gobierno regional no aprendió de los errores del pasado.
“Lara fue golpeado por el zika de una forma bestial, pero eso no le sirve de referencia a las personas que administran la salud. Descuidamos la prevención y eso es muy grave”, comentó Ribas.
La Prensa hizo una encuesta para ver en cuántas comunidades habían fumigado. De los quince sectores evaluados, catorce denunciaron la falta de fumigación.