María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.-& ;La crisis económica del país hace que no todos acaten la cuarentena social. Quienes se dedican al comercio informal, a algún oficio o incluso quienes tienen que salir en búsqueda de ofertas para poder alimentarse deben salir a la calle y exponerse, aunque no quieran, al coronavirus que ya suma más de 22 millones de contagiados y 780 mil fallecidos.
Hay quienes les toca caminar kilómetros y kilómetros para poder vender sus productos ante la falta de transporte público, pero aún así con tapabocas salen a la calle. La única esperanza que los hace moverse es algo de comida a su hogar en la semana de cuarentena radical, aunque en la semana de flexibilización es un poco más «fácil» porque obtienen más ventas, pero ese dinero se vuelve sal y agua.
Tal es el caso del señor Óscar Súarez, quien a diario camina desde La Carucieña al oeste de la ciudad hasta el mercado Las Catacumbas para poder vender su café. Son 16 kilómetros diarios que recorre en la ida y vuelta.
«Aquí llego bien temprano y lo tengo que hacer todos los días porque debo mantener a mi familia», por lo que para ellos es complicó acatar la semana de cuarentena radical porque viven del día a día y si no salen a la calle no comen.
Quienes son madres solteras y deben trabajar por sus hijos comentan que tampoco pueden darse el lujo de quedarse en sus casa porque de lo contrario se mueren de hambre, lo mismo sucede para las personas que se encuentran desempleadas y de alguna manera u otra deben salir a la calle a buscar sus ingresos.
Hay personas que aseguran que con sus ahorros pudieron vivir los primeros meses de la cuarentena social, pero llegó un punto en que ya se vieron asfixiados económicamente y deben salir a trabajar a pesar de las dificultades a las que se puedan enfrentar. «Uno mismo es el que tiene que cuidarse, porque si yo no trabajo, las otras cuatro personas que están en mi casa no comerán», dijo Alirio Dudamel.
Afectados
Nelson Freitez, sociólogo dijo que según la encuesta Encovi, el 80% de la población vive en pobreza extrema y con la llegada de la pandemia se ven más afectados porque no pueden salir a buscar su comida diaria.
El sociólogo dijo que quienes se dedican al comercio informal no han podido trabajar por los decretos de circulación en Lara y los ingresos son pocos, porque no tienen un sueldo fijo lo que hace que se sientan obligados a salir a trabajar, pero también se enfrentan «al matraqueo y se aprovechan y también se ven afectados».
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