Ágatha Reyes | LA PRENSA.- El temor no se hace presente en comerciantes del centro de la ciudad a pesar de las recurrentes fiscalizaciones sorpresas del Sundee, sin embargo la expectativa crece en el día a día porque al parecer los funcionarios “hacen lo que les da la gana”.
Víctor Martínez, jefe de una tienda de zapatos en el centro de Barquisimeto relata que las visitas del Sundee no les atemoriza “ellos llegan toman unos 75 artículos y los venden al precio que les parece, sin importarles a qué precio compró uno” soltó indignado por el “atropello” que asegura hay hacia los comerciantes.
Detalla que el Gobierno Nacional está tomando medidas que a la larga destruyen a la empresa privada sin considerar la cantidad de empleados que se ven afectados en caso de un cierre “injustificado”.
Liz Ortiz encargada de una tienda de ropa en la 20, confiesa que ya no están adquiriendo mercancía importada por el alto costo, que luego es cuestionado por el Sundee “nos quedamos sólo con la mercancía nacional, sin embargo esa también viene a precios elevados”.Refiere que en caso de alguna inspección están reparados con las facturas y documentación al día, aunque dice que no es garantía de seguridad al empresariado por la decisiones “arbitrarias”
de quienes acuden a los comercios.
Facturas de contingencia
La escasez de impresoras fiscales lleva a los comerciantes a adquirir “facturas de contingencia” para llevar el control de ventas. Víctor Martínez, dice que cada talo
nario le sale en 150 mil bolívares, un gasto adicional. Asegura que el gobierno no ha logrado suplir la necesidad “las políticas erradas del gobierno los lleva al fracaso