El mal olor ha sido constante desde 2016, pero se intensifica durante los tres días a la semana en que corresponde el suministro de agua. Quince familias se ven directamente afectadas por el colapso de las cloacas en la carrera 8, entre las calles 36 y 37 de la parte baja de San Juan, en Barquisimeto. Los vecinos tienen conocimiento de que el proyecto de reparación fue aprobado por Hidrolara, pero aún no se ha ejecutado.
Esperan la sustitución de 120 metros de tubería antes de que el problema se extienda a otras residencias. Denuncian la contaminación, el cierre de baños en las viviendas y enfermedades respiratorias en algunos habitantes.
Al caminar por esa parte de la carrera 8 se aprecia el angosto canal que los vecinos abrieron en el asfalto para evitar que las aguas servidas se regaran por el lugar. En varias oportunidades han tenido que rociar gasoil o gasolina alrededor para intentar disminuir la intensidad de la fetidez. Los habitantes señalan que a diario sufren este foco de contaminación, pero los lunes, miércoles y viernes la situación empeora debido a la distribución del agua potable.


El problema de cloacas en la comunidad de San Juan se ha intensificado
Thaís Vergara busca en su carpeta los reportes de las solicitudes realizadas para conseguir una solución. Algunos, debido al paso del tiempo, empiezan a romperse, hasta que encuentra uno con fecha del 4 de diciembre de 2017, el cual fue dirigido a Hidrolara.
«De hecho, mi papá ya falleció, pero fue muy difícil cuando tuvo que clausurar su baño, porque la cloaca devolvía todos esos desechos«, recuerda sobre esa situación que obliga a varios habitantes a realizar sus necesidades fisiológicas en un envase o bolsa resistente y salir a la calle para lanzarlos directamente al cachimbo (conexión de las aguas negras de una propiedad con la red de alcantarillado pública). Lamenta que su padre llegó a sufrir una fuerte infección en los pulmones, a consecuencia de tal insalubridad que les arrebata el aire fresco.


Ella, junto a otros vecinos, señala que en el primer trimestre de 2025 les confirmaron que el proyecto había sido aprobado y que solo faltaba terminar de finiquitar los recursos, pero se preocupan porque no han regresado a realizar la inspección y confirmar la fecha exacta para la ejecución.
«Hemos esperado mucho tiempo, desde que se tapó esa boca de visita y de seguir así podemos terminar de colapsar y el impacto será mayor«, dice María Herrera. Dijo que es una vía concurrida por niños y allí viven unos 20 adultos mayores, más susceptibles a enfermedades.
Francisco Dorante se queja porque han pasado varias administraciones de gobierno y no habían sido escuchados, hasta que en esta oportunidad sienten que se aproxima la solución y tienen miedo de perderla. Ofrecen contribuir con mano de obra a la cuadrilla que asigne la hidrológica


Aprovecharon para hacer un llamado y se retire una buseta minivans, abandonada desde hace más de una década, la cual prestó servicio de transporte interno a la comunidad, pero se accidentó y quedó a la intemperie. A veces como refugio a personas en condición de calle, expuestos a delincuentes.
Además, Sonia Parra expresó que necesitan la poda de los árboles más frondosos, cercanos a la avenida Ribereña. Un samán centenario tiene inmensas ramas y el cableado atraviesa por allí. La misma situación viven cuatro familias del callejón 10 en la parte alta de este sector, donde las enormes ramas de un inmenso cedro amenaza con dejarlos en penumbra, dijo José Zambrano.