Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- El júbilo aún eriza la piel al recordar que el poeta larense, Rafael Cadenas, fue reconocido con el Premio Cervantes 2022. Desde el Consejo Consultivo de la Ciudad de Barquisimeto (CCCB) se alistan para cerrar ese año «Cadenas Nuestro» y le rinden honores con una semblanza inspirada en su referencia como ciudadano, crítico y sensible, a una prosa que no necesita de tantas palabras, pero sí de las pausas o silencios.
Milagro Gómez de Blavia, directora ejecutiva del CCCB, señala que la obra de Cadenas debe estar disponible en las bibliotecas de universidades, considerando la preocupación por el rescate de la importancia del pensamiento y lenguaje, ambos se van concatenando entre los gritos de auxilio por no sacrificar el habla. «Es recordar esa valía que trasciende lo poético y se refiere al amor incondicional por su ciudad, sin desprenderse de los valores de libertad», señala y destaca su legado en ciudadanía para alentar y seguir invirtiendo fuerzas con aportes a la nación.
Fueron tantos los motivos para contar esos aspectos tan significativos, los cuales admira la docente, Milagros de Rosell, quien precisa que hablar de Cadenas es empezar por esa convicción e inteligencia demostrada a temprana edad, cuando muchos adolescentes sólo pensarían en jugar. Pero su madurez fue desde temprana edad y vale la pena resaltar ese terruño del centro de Barquisimeto de la década de los años 50, cuando su pluma dejaba de ser un simple ejercicio de narrativa.
Insisten en la querencia y responsabilidad individual para trabajar en función de la ciudad, con oportunidades para sus transeúntes y asegurando un plácido recorrido por sus espacios. Ambientes en donde la comunicación es esencial y necesita de la conciencia para mejorar. Disponerse a seguir dando lo mejor de sí, con vértices de contenidos más humanos y así proyectarse como centro de desarrollo. Como individuo, establecer responsabilidades sin conformarse con las quejas, sino revertir para agilizar mejoras.
«La Barquisimeto de Cadenas» es uno de los temas apasionantes del cronista, Juan Alonso Molina, al precisar esa atmósfera social y cultural que fue uno de los detonantes para este gran poeta. Un espacio muy conservador, pero que tuvo como uno de sus pilares a Casta J. Riera, con su academia de enseñanza y que permitió la edición de la revista «Alas«, de este adolescente que tuvo como cómplices a Salvador Garmendia, Manuel Caballero, Ramón Lossada Aldana, entre otros.
Cuando se ubica en la actualidad, Molina precisa que las nuevas generaciones tienen su ejemplo de valentía y la necesidad de más preocupación de instituciones por garantizar una formación integral y una conducta coherente, teniendo a la ética como el principal horizonte. «Ha sido un hombre intachable e insobornable, como un faro luminoso con los valores ciudadanos», precisa.
El periodista, Alfredo Álvarez, se ubica en ese vínculo con la obra del noble poeta desde la universidad, siendo inolvidable el ensayo «En torno al lenguaje» acerca del manejo del idioma. «Era comprender la obligatoriedad de preservar la higiene y calidad del lenguaje», señala de la fecundidad desde la lectura, sin permitir atropellos ni secuestros desde el vocabulario.
Para Julio César Blanco Rossitto, siendo ingeniero y poeta, es tan valiosa la obra para el culto a la palabra, pero esa capaz de cuestionarse a sí mismo, sin importar ese tránsito por la modernidad, incluso del propio fracaso. Un recorrido tangible en obras que van del romanticismo en «Amantes» y hasta en los aforismos de sus dichos. Tan complejo, con silencios que hablan y permiten escuchar.