Gabriel Grisanti | La Prensa.- Las tradicionales catalinas, galletas dulces que también son conocidas como “cucas” y paledonias no sólo en los estados Lara y Zulia, sino también en la región andina del país tampoco escapan al fenómeno monetario de la inflación.
Además, estas meriendas que suelen acompañarlas con café, leche o una taza de chocolate caliente, para quienes se dedican a venderlas de forma ambulante en las calles de Barquisimeto se ciñen a la poca disponibilidad de efectivo que las personas tengan.
Mientras que la opción de las transferencias bancarias se reduce a quienes estén dispuestos a comprar de 10 a 20 paquetes, cada uno contentivo de 10 unidades; sin embargo, muy pocos vendedores lo aceptan.
Yeison Chirinos está instalado desde hace ocho años y medio en la calle 32 entre carreras 22 y 23 con una mesa de plástico cubierta de paquetes de catalinas.
Cuando los transeúntes y trabajadores de establecimientos comerciales cercanos le preguntan el precio, él les responde: “Están a nueve mil bolívares. Aprovechen que las tengo económicas”, manifiesta Yeison a quienes circulan por este punto del centro de la ciudad.
José Manuel Gutiérrez lleva seis meses en la calle 32 con carrera 23 como vendedor de catalinas.
Él vende cada paquete de 10 unidades en 13 mil bolívares y su negocio depende del 70 por ciento de clientes que le proponen hacerles transferencias y 30 por ciento de los que no tienen problemas en cancelarle en efectivo.