Osman Rojas | LA PRENSA.- La propiedad privada dejó de ser un ventaja en términos de seguridad. En menos de 24 horas el estado Lara ha visto cómo los complejos residenciales o casas son atacadas por funcionarios policiales en medio de la represión.
La urbanización Sucre, el complejo residencial Metropolitano Javier, los habitantes de la carrera 24, los residentes del Tamunangue, las viviendas ubicadas en Valle Hondo y los habitantes de la avenida Venezuela con carrera 12 han visto cómo sus propiedades son vulneradas por efectivos de la Guardia Nacional.
“Ya los funcionarios no saben cómo meter miedo. Que nos ataquen en las casas es un acto de maldad que debe ser denunciado”, dijo uno de los habitantes del complejo Metropolitano Javier, que no quiso revelar su nombre por seguridad.
El ataque a residencias alcanzó su punto más alto el día de ayer cuando un grupo de funcionarios prendió fuego a una de las viviendas ubicada en la avenida Venezuela con carrera 12.
Terror, angustia, rabia e impotencia convergieron el día de ayer en cada esquina de la avenida Venezuela y es que, lo que empezó como una manifestación pacífica por poco termina en tragedia. Cuando el reloj marcaba las 10:03 de la mañana un camión convoy repleto de funcionarios llegó a la Venezue
la con 12 atacando sin mediar palabras.
Perdigones y bombas lacrimógenas dibujaron una escena de caos nunca antes vista en el lugar. La gente presente en el trancazo salió corriendo para refugiarse en sus viviendas y los guardias, al ver que la concentración retrocedía, comenzaron a avanzar sin parar el ataque contra las personas.
“¡Asesinos!”, “¡corruptos!” y “¡enchufados!”, eran algunas de las cosas que los manifestantes gritaban mientras corrían. De pronto y sin que nadie pudiera evitarlo, una bomba cayó sobre una palmera que está dentro de una casa en la esquina de la carrera 12 lo que provocó un pequeño incendio que fue apagado por los mismos habitantes del lugar.
Con tobos y pimpinas de agua las personas sofocaron las llamas mientras los funcionarios se iban del lugar. “¡Prenden esto y se van, son unos desgraciados!”, dijo sin vacilar uno de los residentes de la zona mientras cargaba a toda velocidad un tobo con agua.
Los dueños de la casa que se incendió no estaban. Algunos vecinos comentaron que la vivienda está abandonada y que los dueños sólo van los fines de semana. El ataque que sufrió esta vivienda no fue el único. La represión contra las residencias arrancó el pasado jueves a las 8:00 de la noche cuando un grupo de funcionarios de la Guardia Nacional llegaron al Tamunangue (al oeste de Barquisimeto), para dispersar una concentración. Según denuncian los habitantes de la zona, los uniformados llegaron disparando bombas lacrimógenas y perdigones. Una bomba ubicada en una licorería explotó y eso desató un fuerte incendio que afectó algunas viviendas cercanas.
Además de estos dos lugares, el Metropolitano Javier de la avenida Libertador también sintió la intimidación de los guardias cuando un grupo de uniformados separó frente a los apartamentos con equipo antimotín. Los residentes del lugar bajaron hasta el estacionamiento levantando sus manos al aire dando a entender que no tenían armas. La presencia de los militares duró unos 30 minutos.