Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Sus manos siguen llenas de ese polvillo de cada uno de los cortes y con la disposición de seguir recibiendo pedidos. Así están los carpinteros en Barquisimeto, quienes empiezan a levantarse de una pandemia que les deja el reto de superar ese descenso en pedidos que estiman de 50% y hasta 80%. Una caída de trabajos que se limita a contadas cocinas, closet o puertas, ajustadas en su mayoría a las especificaciones del MDF.
Tienen en común, toda una vida dedicada a esa transformación de la madera. Así es como Jaime Jiménez con 30 añ;os en el oficio, compara entre añ;oranzas que en 2017 llegaban a trabajar bajo presión, al tener la responsabilidad de entregar hasta más de cinco trabajos a la semana. Tenía tres grupos de trabajo con disposición al oeste, Cabudare y Acarigua. Pero de esa docena de empleados fijos, apenas logró quedarse con cuatro. Sigue esperando por ese ritmo de producción.
Señ;ala que es más práctico el trabajo con el MDF, por ser más fácil de conseguir con láminas que cuestan entre $70 a $100 cada una. También oran para tener a favor la electricidad, cuyos cortes de larga duración les puede costar en retraso de entrega, ante las limitantes para trabajar con los taladros, ligadora y máquina de sierra.
Hernán Méndez es un encargado de otra carpintería y también se queja que deben esperar por la reposición, de acuerdo a los pedidos. «La merma también se tuvo en los clientes, porque una mayoría se fue al exterior», lamenta y admite que cuando llegan a realizarles pedidos para los familiares, pues tienen un gran alivio.
Ellos siguen con sus santamarías abiertas y dispuestos con la mejor atención.