Lorena Rojas | LA PRENSA DE LARA.- En sus rostros se les ve una profunda tristeza y aunque estén llenos de pena se acercan a pedir algo de dinero para comprar comida, no aguantan una noche más con el estómago crujiendo del hambre y con la frase «regáleme algo para comprar una harinita«, esperan esa noche no acostarse con la barriga vacía.
Las bajas pensiones y la falta de seguridad social ha llevado a los ancianos en el estado a la mendicidad, en las calles de Barquisimeto se pueden ver cómo estas personas al no estar en edad productiva y no obtener un trabajo se ven obligados a pedir para comprar alimentos.
Esta situación ha sido confirmada por el Comité de Derechos Humanos de los Jubilados y Pensionados. Francisco Carmona, coordinador regional, aseguró que las personas de la tercera edad ya no tienen apoyo de familiares o de vecinos, cuando logran comer es porque han pedido en las calles y les dan carbohidratos que se convierten en azúcares afectándolos, si padecen de hipertensión o diabetes.
«Los ancianos están en situación de mendicidad, nuevamente hay muchos adultos mayores en la calles pasando las de Caín y por supuesto en los hospitales, porque no todos los médicos tienen la intención de apoyar y ayudar, pero no es sólo eso, sino que no hay medicinas. Entonces por eso muchos de nuestros adultos mayores están en mengua en los hospitales y muriendo«, aseguró Francisco Carmona.
Destaca que el Gobierno nacional tendría una política de «exterminio» para el adulto mayor porque es el que menos se atiende en el país.
«En el Estatuto de Roma esto lo manejan como un crimen de lesa humanidad en su artículo 7, particularmente en el literal B que habla del exterminio de una parte de la población, en este caso los adultos mayores porque con escasos 5 dólares al mes de las pensiones no pueden vivir«, aseguró.
El estado de mendicidad que es denunciado por el comité, también se constata con los adultos mayores en las calles, quienes piden para comer, tal es el caso de Carmen Arroyo, quien vive en La Zamurera, al oeste de la ciudad.
Arroyo se acerca a cuanta persona puede y le pide un poco de dinero para comprar comida, no tiene hijos y se pregunta por qué no puede alimentarse como lo hizo en su juventud.
«¿Por qué será que estamos así?, sin comida y sin nada. Yo soy pobre y no lo entiendo, me tengo que acostar con el estómago vacío porque no tengo nada para comer«, expresó con tristeza. Asimismo, aseguró que desde hace meses no compra medicinas y que a veces se apoya es con las bolsas CLAP.
La crítica situación en la que se encuentran las personas de la tercera edad, también es confirmada por la organización Convite, al precisar que 3 de cada 5 ancianos se acuestan sin cenar.
Luis Francisco Cabezas, director de la ONG, aseguró que el monto de la pensión y de algunos bonos no cubren ni siquiera el 10% de la canasta alimentaria familiar que, según la Cendas-FVM es de $523,29.
«La situación de los adultos mayores no ha mejorado, por el contrario ha empeorado… Ellos deben comprar todos los alimentos y sobre todo los que se requieran precisamente por la edad, que no se conviertan en azúcar«, destacó Cabezas.