En la actualidad, para el mantenimiento de la institución se requiere alrededor de unos 25 mil dólares al mes
Anny Giménez | LA PRENSA DE LARA.- El Pequeño Cottolengo Don Orione en Barquisimeto ha limitado nuevos ingresos de jóvenes ante la disminución del 80% de sus donaciones.
El padre Rafael Duno, director de esta casa hogar, explica que al último joven que recibieron fue en el mes de noviembre de 2023, la lista de espera es larga, pero ante las pocas donaciones resulta cuesta arriba asumir una responsabilidad tan grande como es la de cuidar, alimentar, atender médicamente y educar, entre muchas otras cosas, a una persona con condiciones especiales.
Las personas deben comprender que en la institución se atienden a 91 jóvenes, y ellos siempre estarán mucho mejor en compañía de su familia que en la casa hogar por mucho cariño y atención que allí reciban.
En la actualidad, para el mantenimiento de la institución se requiere alrededor de unos 25 mil dólares al mes «de los que llegamos ajustados a la mitad», expresó Duno. Explica que pertenecen a una congregación religiosa de España que les ayuda con los gastos de comida, medicina y el pago de los trabajadores.
Es por ello, que en la actualidad están visitando a empresas y negocios para hacer nuevos enlaces que les permita obtener más donativos. Asimismo, están en los preparativos para un evento con nuevas alianzas que les permita aumentar sus ingresos y beneficiarios.
Abiertos a donaciones
El Pequeño Cottolengo mantiene sus puertas abiertas para todas las instituciones públicas, empresas privadas y particulares que quieran brindar un granito de arena para continuar con la labor que vienen desarrollando en la ciudad desde hace 39 años.
Keisy Medina, asistente de bienestar, explica que en la actualidad lo que más necesitan son pañales de adulto por la condición de los muchachos, además de medicamentos como levomepromazina, se utilizan tres blíster de 20 pastillas por día y de biperideno 15 blísteres a diario, estos medicamentos son para contrarrestar los efectos secundarios de las siete pastillas que a diario deben tomar los chicos, según indicaciones médicas.
Medina cuenta que instituciones empresariales, educativas, religiosas y particulares pueden hacer donaciones, visitar a los jóvenes, conocer cómo son y compartir la alegría, el cariño y el amor que de manera tan inocente brindan los que allí habitan. Los aportes pueden ser alimentos, pañales, artículos de limpieza, medicamentos, ropa en buen estado, útiles escolares y deportivos.