Arturo López | LA PRENSA.- Cada mes que pasa para los barquisimetanos significa sobrevivir en una crisis económica, los problemas para conseguir los alimentos de primera necesidad, las medicinas y los inconvenientes en los servicios básicos (agua, luz y gas) ha hecho que la calidad de vida en comparación a años anteriores haya disminuido en más de un 60%.
Así lo aseguró el señor José Silva, mientras hacía una cola para poder comprar pan. Silva manifestó que ahorita “es un problema para todo, para comprar comida, para comprar las medicinas, hasta para comprar un pan debes perder medio día”.
El día a día de la gente se ha convertido en una constante lucha para poder conseguir los productos básicos. Carlos Alberto Meléndez, sociólogo y profesor universitario, aseveró sin titubear: “la cotidianidad del venezolano se construye en un mundo donde la incertidumbre es la regla, en torno a la sobrevivencia”. Corroborando así los problemas que representa comprar algo tan simple como una harina pan, producto que años atrás se conseguía fácilmente en cualquier abasto.
Al igual que el señor José se encontraba la señora Alba Rodríguez, quien confesó haber rebajado más de 8 kilos producto de la crisis económica. “La mal llamada dieta de Maduro, es lo que nos tiene así, flacos, pasando hambre y si uno se enferma es peor porque no se consiguen las medicinas”soltó Alba.
El problema de hacer las largas colas bien sea para comprar pan, o algún producto regulado en un supermercado es que muchos deben llegar tarde o salirse antes de sus trabajos.
El señor Pedro Maldonado, quien se desempeña como vigilante, confesó que en más de una ocasión le ha tocado pedir permiso en su trabajo para irse a hacer una cola y comprar comida para su hogar.
“Varias veces me ha tocado pedirle permiso al jefe para venir a hacer la cola para comprar pan, ya que no se consigue harina pues, algo tenemos que comer”. soltó con molestia.
La psicóloga, María Alessandra Pizzi, precisó que los seres humanos al ver que sus necesidades fisiológicas no están satisfechas generan emociones mal canalizadas.
Tal es el caso de las personas consultadas, pues todos se encontraban molestos y frustrados por no poder conseguir comida, medicamentos y cualquier otro producto que escasee en el país.