Osman Rojas | LA PRENSA.- Desesperada por su medicamento, Carmen Miranda llama por teléfono. Dos intentos fallidos acrecientan su angustia. “No contesta”, dice agitada segundos antes de que un mensaje de texto la tranquilice.
“Me queda un blíster al precio que le dije ayer”, dice el mensaje que le devolvió la sonrisa a Miranda. “Tráigalo hasta Metrópolis, ya le voy a depositar el millón”, responde apurada.
Lo anteriormente descrito fue la conversación que una mujer tuvo con un bachaquero que le ofrecía fenobarbital. Como decía en el mensaje, la señora Miranda tuvo que depositar un millón por un blíster de 10 pastillas; es decir, cada píldora costó 100 mil bolívares.
“Yo tomo una diaria y eso significa que tengo que tener un sueldo de 3 millones de bolívares para vivir un mes”, asegura la mujer.
El bachaqueo de fenobarbital no es nuevo, pero se acrecentó en los últimos dos meses. En noviembre del año pasado, Badan comunicó a los pacientes que ellos no importarían más fenobarbital. El anuncio de la fundación cayó como un balde de agua fría para los enfermos que empezaron a recurrir a los especuladores que traían el fármaco desde Colombia.
“En diciembre compré una caja en 800 y ahora la misma caja me sale en 3 millones. Todos los días voy al Seguro Social, pero allí me dicen que las pocas que hay son para los que están hospitalizados”, comentó Miranda.
El drama de esta señora es el mismo que viven 5 mil 479 personas en centroccidente que necesitan el medicamento para evitar convulsiones. La Dirección Regional de Salud ha recibido al menos cuatro informes en los últimos dos años, pero el gobierno sigue sin darle respuesta a estas personas.
Centros especializados como el Hospital Psiquiátrico El Pampero son los más afectados, pues no reciben dotación de fenobarbital desde enero del año 2015. Actualmente, hay 71 pacientes recluidos en la institución y ninguno cumple con su tratamiento.
La Prensa pudo conversar con uno de estos vendedores de medicamentos para conocer su modus operandi. Primero el bachaquero oferta el producto con un precio para luego aceptar un regateo que no es mayor a Bs. 20 mil. Después el vendedor da un número de cuenta y cuadra verse en un sitio público para entregar el medicamento.