William Croes | LA PRENSA.- Las avícolas larenses atraviesan su peor momento. Las granjas de cuidado de pollos producen a menos de media máquina, la intermitencia con la cual reciben a los animales para su engorde tiene a los productores contra las cuerdas al punto de que muchos se han visto en la obligación de cerrar y dedicarse a otras actividades.
En Pavia, al oeste de Barquisimeto, se concentran la mayoría de las productoras avícolas de la entidad. En la zona se registran el cierre de, al menos, 16 granjas entre pequeñas y medianas; las grandes son las únicas que, a duras penas, sobreviven a la disminución de pollos bebé para la cría y posterior venta tras los 60 días de engorde.
“Estamos acorralados, recibimos pollos para la cría cada dos meses, cuando antes el proceso era cada 25 días. También es menos la cantidad de animales”, expresa Antonio Mogollón, un productor avícola de la zona que ha tenido que hacer maromas para mantenerse operativo.
Carlos Angulo, presidente de la Federación Venezolana de Productores de Pollo, señaló recientemente en medios nacionales que las operaciones en granjas han disminuido en un 70%. Lara no escapa de esta dura realidad, se calcula que en la entidad, de los 4 millones de pollo que es la capacidad máxima se está produciendo solamente un millón.
Mogollón relata que para los dueños de las granjas avícolas es sumamente difícil mantenerse operativos. “Me ha tocado sacar de mis ingresos personales por otros trabajos para pagarle a los obreros que trabajan en la granja, es una situación crítica”.
Conseguir la materia prima para la elaboración del alimento sigue siendo una de las principales trabas para los productores avícolas de la zona. Sin embargo, Mogollón resalta que la calidad del alimento ha mejorado un poco porque se está incluyendo un poco más de vitaminas que les permite que el pollo llegue a los dos kilos que es un peso promedio, pero que sigue estando por debajo del ideal que son los dos kilos y medio.
Cuatro meses atrás, productores manifestaban que por la deficiencia de alimentos los pollos a duras penas llegaban a kilo y medio o kilo 300 gramos, eran los llamados pollos raquíticos. La baja producción aún no ha tocado a los frigoríficos. Dueños de comercios del centro de la ciudad comentan que ha disminuido la venta de pollo entero por la caída del precio de la carne de res. Sin embargo, se venden subproductos.