Ana León. | LA PRENSA.- Todo un rollo se armó en el Terminal de Pasajeros cuando a las seis de la mañana Ronald Arroyo, comerciante informal que tiene alrededor de 10 años trabajando en el lugar, se encadenó a la pared del que pretendía ser el puesto designado por el Terminal de Pasajeros para trabajar.
El problema se dio cuando el director del terminal, Luis Valencia, llegó a la 1 de la tarde del lunes a informarle que su puesto había sido cedido a otro comerciante que estaba en lista de espera. Hace más de un año se hizo un censo a 400 comerciantes. Aparentemente, muchos de ellos tenían más de un puesto de trabajo y debido a ello decidieron hacer un filtro para reducir la cantidad de puestos hasta 85.
Aparentemente Angelina Bustamante, una comerciante y Ronald tienen un chanchullo con el puesto, pues según informaron los voceros del andén “C” del terminal, Ronald le sirve como “testaferro” a Angelina que “es una de las integrantes de la familia de los peruanos que se quiere apoderar del comercio en el terminal y eran dueños de más de 37 puestos informales en el lugar”.
Según informó Valencia, la situación de Ronald no le es ajena, pues el muchacho es una persona con discapacidad que desde hace muchos años ha buscado la manera de mantenerse. “Nosotros estamos dispuestos a ayudarlo.
Como terminal queremos ofrecerle un puesto de trabajo siempre y cuando sea para él solo”, señaló Valencia.