Artesanos en Sanare están al borde de la quiebra ante la crisis

María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- Artesanos tradicionales que elaboran pulseras, cadenas, que trabajan con arcilla, tejidos y muñecas en Sanare, municipio Andrés Eloy Blanco, se vienen abajo. Con el pasar de los años, sólo dos de 30 que había en la zona están activos, mientras que otros trabajan, pero sólo por encargos.

Durante la fiesta de las Zaragozas, las calles de Sanare se llenaban de artesanos y podían agrupar a los 30 propios de la localidad y la misma cantidad o más de visitantes que iban a vender sus creaciones. Robinson Pineda, quien es artesano de Sanare, dijo que desde hace unos cinco años eso decayó por completo, hasta el punto que ni durante los días festivos ni en fechas normales se ven a los artesanos ofreciendo y exponiendo.

Pineda explicó que antes de la pandemia ya las ventas estaban flojas, pero en las Zaragozas de diciembre de 2021 se dieron cuenta que decayó aún más. «Sólo estuvimos dos artesanos de Sanare y como dos o tres que vinieron de otros lados». Agregó que en años anteriores asistían turistas de Brasil, Colombia y otros países de la región que quedaban fascinados con el arte local.

Collares con imágenes de máscaras de arcilla se pueden conseguir en tres por un dólar, llaveros al mismo precio y pulseras. Las más grandes para colocarlas de adorno en la pared pueden tener un costo de tres o cinco dólares, pues depende del tamaño.

Marina Carreño, quien también es de Sanare y elabora muñecas de trapo, dijo que últimamente optó por trabajar bajo encargo, tomando en cuenta que poco tienen salida. «Porque el material está costoso y la gente ya no compra como antes, por eso decidí elaborarlas bajo pedido». Agregó que una muñeca pequeña puede ir desde dos dólares y llegar a costar 25 dólares la grande.

Olvidado

El Paso Artesanal Niña Teodora, el cual es un mercado destinado para todos los artesanos está con las puertas cerradas y dejó de funcionar para esa finalidad, según lo aseguró Robinson Pineda. «Ahora funciona como oficinas para pagar servicios y ahí todo teníamos un puesto», y por eso muchos artesanos dejaron de laborar.