Osman Rojas LA PRENSA.- Los días en que la gente elegía el método anticonceptivo que quería utilizar han quedado en el pasado. La desaparición de estrategias tradicionales como la implantación de dispositivos intrauterinos (como la T de Cobre) y la escasez de pastillas anticonceptivas han dejado contra las cuerdas a las personas que ahora dependen única y exclusivamente del condón para evitar un embarazo no deseado.
Hay que ponerle el gorrito al niño porque como dice la canción esto es lo que hay”, comenta con sarcasmo lngrid Castillo, quien tiene cuatro meses de casada y confiesa que siempre ha usado el condón para evitar una barriga.
La mujer asegura que su esposo se molesta pero con la situación como está tener un hijo no es una opción. “Nuestro plan original era cuidarnos con pastillas y luego usar un implanon pero ninguna de esas cosas se consiguen y eso nos tiene dependiendo del condón”, sentencia.
Freddy Ceballos, presidente de la Federación Farmaceutica Venezolana, explicó que la desaparición de los métodos anticonceptivos tradicionales se debe a la deuda que el Gobierno nacional tiene con los laboratorios. El cierre de las casas comerciales también incide en la escasez pero la falta de divisas para importar hace que los laboratorios prioricen sus compras.
Sustententar la importación de fármacos con un dólar a 100 es muy difícil. Las pocas divisas que reciben las casas comerciales son usadas para medicamentos de primera línea. Los laboratorios dan prioridad a los enfermos crónicos y descuidan otras áreas sensibles”, explica.
La desaparición de pastillas o implantes genera molestia en las parejas, especialmente en las estables como los matrimonios, pues ven limitado el placer sexual debido a la crisis.
De novia siempre usé condones con el que hoy es mi esposo y pensamos que esos días habían quedado atrás pero desde hace dos meses volvimos al gorrito. Esa es la vieja confiable aunque a los hombres no les guste”, comentó Sandra Castro, mujer consultada