Feligresía de Curumato, en el Tocuyo, confía en que recibirán el apoyo gubernamental
Anny Giménez | LA PRENSA DE LARA. – Con paredes agrietadas, vigas de madera afectadas por comején y techo deteriorado cada domingo los feligreses de la comunidad Sabana del Curumato escuchan la palabra de Dios en la capilla de San Isidro Labrador de El Tocuyo.
Ya casi cumple 110 años de fundada y la infraestructura muestra su deterioro, sus paredes de barro se están cayendo y la falta de luz, tanto dentro como en la parte externa, contribuyen a que los murciélagos se hagan presentes.
Ángel Aguilar, animador comunitario, cuenta que el deterioro en la capilla se ha hecho más evidente desde hace unos cinco años para acá, razón por la cual los habitantes de la comunidad están pidiendo que se le realice una remodelación completa.
A pesar de la problemática existente, el cronograma se cumple según la disponibilidad del párroco Fernando Fernández de la parroquia Espíritu Santo de El Tocuyo, quien tiene a su cargo 12 capillas en el municipio Morán. Explica que a pesar de las precariedades, se hace todo lo posible con cumplir con las misas, bautismos, matrimonios, además de planes vacacionales y en ocasiones, la ermita se convierte en centro comunitario para recibir y donar ropa y alimentos.
Aguilar explica que no se han quedado de manos cruzadas, han entregado varias cartas a diferentes empresas privadas de las cuales dos dieron respuesta positiva, en el sector público entregaron correspondencia tanto en la alcaldía como en la gobernación de las cuales están atentos a su respuesta, confían en recibir respuesta y ampliar las mejoras de las instalaciones.
Para disimular las fallas, la comunidad de Curumato se organiza para mantener el lugar pintado y limpio para recibir a los creyentes.