Kemberling Rodríguez | LA PRENSA DE LARA.- La tercera edad es la época dorada de la vida, pero no todos tienen la dicha de disfrutarla en condiciones óptimas. Los ancianatos de Barquisimeto tienen serias deficiencias en sus infraestructuras, lo que desmejora la calidad de vida de los hombres y mujeres dejados allí por familiares o, en otros casos, por quienes los ayudaron a salir de su condición de la calle.
La Casa Hogar El Peregrino, ubicada en la avenida Carabobo con calle 29, alberga a 40 abuelos; es un espacio acogedor por la calidad humana del equipo de colaboradores y de los residentes, pero afectado por las fallas en las instalaciones.
Maricarmen Godoy, fundadora y responsable del centro, explica que necesitan una cerca perimetral que los separe de la capilla religiosa ubicada en el mismo terreno para brindarle mayor seguridad y privacidad a los abuelitos; adecuar la casa a las normas de seguridad para que contenga rampas, suministrar el servicio de agua de forma permanente y dotarlos de equipos médicos, como camilla y sillas de ruedas son otras de las peticiones.
Sin embargo, la preocupación más latente es garantizar la alimentación balanceada a los ancianos. Contó que la Fundación Cruz de Esperanza les suministraba los alimentos, pero desde hace tres semanas no los apoyan por falta de recursos económicos.
«No tenemos para darles comida esta semana; necesitamos que padrinos y personas de buena voluntad se sumen a la causa y donen alimentos, víveres que incluyan proteínas. Las autoridades deben apoyarnos también porque tienen partidas destinadas a la ayuda social», dijo la colaboradora, Migdalia Unda.
Insalubridad
En la calle 48 con el callejón Falcón, Annely Acosta, junto a un equipo integrado sobre todo por sus familiares, atiende la Casa Hogar Dr. José Gregorio Contreras; en la zona donde está ubicada la red colectora de aguas servidas colapsó y los hedores llegan hasta donde habitan los abuelos.
La infraestructura de este centro de atención con 36 personas de la tercera edad requiere mejoras en el techo. «Cada vez que llueve las filtraciones afectan varias áreas», expresó. Colchones, sábanas, utensilios de cocina, pañ;ales, centros de cama, entre otros enseres hacen falta para garantizar los buenos cuidados de estos larenses.
Haría falta una nueva sede para reubicarlos, debido a que el hacinamiento ya empieza a notarse, a pesar de las adecuaciones que han hecho para albergar a estas personas.
San Vicente
En la Casa Hogar San Vicente de Paúl, detrás de la avenida Los Abogados, las hermanas de la caridad de la congregación del mismo nombre, llaman a las personas que deseen colaborar con las proteínas de los 36 abuelos que atienden.
Sor Carmen Díaz, directora del espacio, indica que la casa tiene capacidad para albergar a 70 personas, pero dadas las precariedades han reducido el número para brindar una atención acorde a sus posibilidades económicas y de las donaciones que normalmente reciben, pero que no serían suficientes.