María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- Carros de lado y lado de las calles y avenidas, obstaculización para entrar a los conjuntos residenciales, basura regada y alboroto, son algunas de las situaciones que se generan en las colas de gasolina en las bombas ubicadas en el este de Barquisimeto, lo cual afecta la cotidianidad de los vecinos de edificios y urbanizaciones quienes se enfrentan no sólo a la anarquía sino también a no poder ingresar a sus viviendas porque la fila obstaculiza las entradas.
Son al menos 16 zonas residenciales que están ubicadas El Pedregal, además de Barici, Nueva Segovia y otras al este de la ciudad las que se ven afectadas. Las personas manifiestan que las colas de gasolina obstruyen el paso vehicular y peatonal de quienes por ahí residen. Por lo general la cola es proveniente de la estación de servicio Churún Merú, ubicada en la avenida Lara.
Desde la avenida Lara hasta las zonas residenciales de El Pedregal se contabilizan al menos tres kilómetros de cola que agrupa unos 400 carros, no solamente de quienes les corresponde surtir por el terminal de la placa del día, sino que también se forma una paralela de las placas del día siguiente, convirtiéndose en todo un caos.
Los carros se estacionan uno detrás del otro y en ambos sentidos de la calle, lo que hace que solo quede un solo canal y a medias para que los demás vehículos puedan circular. Aunado a eso, algunos se paran al frente de las entradas residenciales o de los portones de las casas.
«Nosotros hemos ido a varios organismos de seguridad, porque las colas afectan nuestra calidad de vida» dijo Carolina Piñango, residente de la zona, quien destacó que los vecinos se sienten cansados porque ellos se han esforzados por mantener los jardines y las calles limpias y organizadas y quienes hacen las colas dañan todo su esfuerzo lanzando basura a las áreas verdes.
Piñango sustenta que se están organizando y están recolectando firmas de vecinos para llevarlas a varias instituciones municipales y regionales que se encarguen de atender su denuncia porque ya van varias semanas que se sienten entre la espada y la pared. «Nosotros tenemos normativas, los vehículos no se pueden parar ni siquiera en la pared perimetral de las urbanizaciones», añadió.
«Ingieren bebidas alcohólicas, dejan basura, juegan dominó y hasta hacen sus necesidades» dijo Piñango quien detalló que a veces los vigilantes tienen inconvenientes con las personas porque a pesar que les indican que no se pueden estacionar en las adyacencias de las urbanizaciones, las personas hacen caso omiso.
Los vecinos cuentan que los conductores ya no pernoctan porque los enumeran en las tardes y se van a sus casas, pero si están desde la madrugada y hacen ruidos y hablan unos con otros lo cual afecta su descanso completo y además les impiden circular. Temen que a cualquiera de las personas se les presente una emergencia y los carros estén atravesados o que incluso puedan causar algún accidente «porque se estacionan en curvas» dijo Piñango.
Cuenta que los conductores dejan el carro en medio de las calles y en ocasiones tratan de esconder en los jardines la basura como bolsas de comida, envases de plástico y tapabocas lo cual, recordó, atenta contra su salud, pues causa contaminación. Hay conductores que además llevan sillas o banquitos y se sientan a esperar en las adyacencias de las urbanizaciones, mientras que otros ensucian las paredes porque colocan los pies.
Barreras
Algunas personas de las residencias han optado por colocar barreras para que los carros no se estacionen en sus frentes, hay unos que colocan sacos con arena, separadores o ramas de árboles, con el fin de entrar y salir con tranquilidad porque algunos se paran en sus portones.
En la zona de El Pedregal también se puede notar como la parte que es exclusiva para trotar también está obstaculizada, mientras que las señales de tránsito de no estacionar tampoco son respetadas.
Afectados
Los comercios y negocios también se ven afectados, las colas no solamente les quita visibilidad al establecimiento, sino que además les impide que los clientes se puedan estacionar con comodidad y no corran el riesgo de dejar el carro alejado.
Esto sucede en los locales que están en la zona este y en la carrera 15, donde la cola de la estación Miranda también obstaculiza el paso » hay personas que no entienden, tenemos que colocar unos conos» dijo Anyelianny Serna.
Los conductores agregan que ellos están en la cola por necesidad y no por gusto, pero los vecinos afectados piden mayor conciencia y orden.
Transportistas buscan mejorar sus condiciones
Cansados de pasar de 2 hasta 6 días en las estaciones de servicio para surtirles gas a sus unidades, transportistas se congregaron en las inmediaciones de las avenida 19 con 25, para exigir que todas las estaciones de servicio que surten a gas, atiendan a las unidades de transporte público que les instalaron este sistema debido a la grave escasez del combustible.
«Se debe implementar un mecanismo idóneo, porque lo que están pidiendo en las estaciones es una homologación, pero no se tiene porque no hay un ente competente que las haga, pese a que desde hace varios meses se ha pedido que realicen las revisiones a las unidades», dijo Víctor Reyes, presidente del Sindicato Bolivariano.
Reyes destacó que tras las acciones de los transportistas con la manifestación pacífica, estuvieron en la secretaría de gobierno en una reunión, donde estuvo presente Isabel Lameda, secretaria de gobierno, el general Durán en representación de la Guardia Nacional, el general Agüero en representación de la ZODI, un representante de Semalara y 4 presidentes de los sindicatos de transporte.
El principal punto que fue expuesto fue el que se les pida a estaciones de servicio como la Mergas y La Pastora les dejen surtir a las unidades de transporte.
«Si logramos que mientras nos supervisan nos surtan en todas las estaciones vamos a acabar con el colapso y las colas», dijo Reyes, asegurando que hoy a las 4:00 de la tarde, estarán en la sede de Semalara, para llegar a una solución.
Brian Reyes, secretario de reclamo del Sindicato Bolivariano, por su parte señaló que los transportistas están cansados de tener que pagar por el gas.
«No se aguanta esta situación, los transportistas tienen que pagar entre 2, 5, 8 y 10 dólares para que les surtan el gas porque está escaso».
Surten casi todos los días
En las estaciones de servicio premium que están ubicadas en el este de Barquisimeto son las que generalmente les llega el combustible y por eso las personas no dudan en irse hasta con tres días de antelación a marcar un puesto para poder equipar.
A pesar que no les corresponda el terminal de la placa, los conductores igual llegan a marcar su cola para poder asegurar un puesto el día que les corresponde bien sea en las dos estaciones que están ubicadas en la Vavenida enezuela con Bracamonte o en la Churún Merú que está en la avenida Lara.
Los choferes saben que la gandola llega prácticamente todos los días hacen la cola y se torna kilométrica porque a pesar de eso podrán surtir, sin embargo causa molestia a los vecinos de la zonas residenciales.