Coinciden en la depredación humana, bien sea para «limpiar» para el conuco, para tener pasto fresco a los animales o fines comerciales.
Guiomar López | LA PRENSA DE LARA. – El desierto avanza y es el temor de ambientalistas, considerando que el semiárido impera en la entidad larense. Temen que esos suelos agrietados por la desertificación, sigan sufriendo este daño más agresivo por la acción humana junto a los cambios climáticos. Recomiendan educar para tomar conciencia de la importancia de la conservación y reforestación, así como el control del Estado para castigar la arremetida con tala y quema.
Coinciden en la depredación humana, bien sea para «limpiar» para el conuco, para tener pasto fresco a los animales o fines comerciales. Pero se ignora la pérdida del suelo fértil para la flora y que termina arrastrado por la lluvia, convertido en sedimentos acumulados en cauces o embalses.
Se debe formar con el sentido de pertenencia por el ambiente y uso racional de la tierra, así empezar a prevenir y hasta aplicar sanciones. «Pero todo se logra, con el soporte del Estado con alto nivel de conciencia», advierte el ambientalista Rubén Hurtado. Ver más allá de la pérdida de la cobertura vegetal, sino de la protección del suelo, cuya capa es rica de materia orgánica para la producción.
Es una inquietud que cobra más fuerza en Lara, cuando Elias Perozo del movimiento «Iniciativa Cotoperíz», recuerda que se tiene alrededor de 70% de semiárido, por lo que se aceleran temperaturas y baja la capacidad para mantener el agua. «Hemos denunciado los intereses comerciales y también la necesidad de reforestar con veras, cujíes y curarire», reclama pero pidiendo el seguimiento durante los primeros meses y proteger del consumo de animales hasta una altura promedio de dos metros. Necesita vigilancia e inicialmente el riego regular.
Mientras Lievano León, gerente regional de Inparques, confirma que realizan jornadas de reforestación en el parque nacional Dinira, en Morán.