Ana Uzcátegui | LA PRENSA de Lara.-& ;Un calvario viven conductores de carga pesada que requieren abastecer sus tanques de gasoil para garantizar la distribución de alimentos y medicinas en Lara y el resto del país, debido a las restricciones que han impuesto la Gobernación y la Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI) en las pocas estaciones de servicio que han habilitado durante la cuarentena social. La espera puede ser hasta de una semana, incluso para transportistas que trasladan muestras de sangre a laboratorios en Caracas.
Así lo denunció Héctor Castillo, de la empresa de encomienda ZOOM, quien tiene la responsabilidad de llevar muestras biológicas hasta la capital que máximo pueden permanecer refrigeradas tres días. «Ya llevo dos días en cola, aquí aunque el gobierno diga que hay sectores priorizados la realidad es que no han considerado a nadie«, indicó desde una bomba ubicada en la avenida Las Industrias.
«Mi rutina desde que inició la cuarentena ha sido levantarme todos los días a las tres de la madrugada, salir hasta la estación de servicio a esperar por un cisterna de diésel, pero la mayoría de las veces no llega», soltó Víctor Gutiérrez, conductor de la empresa Nacional de Alimentos, quien mostraba un salvoconducto sellado por la ZODI Lara como parte de los requisitos que les exigen para llenar sus tanques o incluso para esperar en cola.
«El salvoconducto no es garantía de poder tener gasoil. En esta bomba piden además la factura de la carga y los militares verifican si efectivamente el camión va lleno de mercancía», comentó Yimmy Montiel quien debe llevar una carga de café de Barquisimeto hasta Falcón y ha estado varado sin combustible desde el miércoles 29 de abril.
«Hay muy pocas estaciones de servicio disponible. En el Terminal ya dejaron de surtir el transporte de carga pesada y sólo atienden a choferes del transporte público que ahora cubre las rutas habilitadas por la gobernadora Carmen Meléndez», dijo Roger Alvarado, chofer que iba cargado de papel higiénico y víveres que debían ser descargados en abastos de Acarigua y Guanare del estado Portuguesa.
Los conductores que vienen de otros estados también sufren una serie de limitaciones por el gasoil. Elio Brito viajó desde Aragua a dejar materia prima en una droguería en Barquisimeto. «Nos dijeron que sólo podíamos acceder a dos bombas con gasoil, la de El Pescaíto en el kilómetro 16 vía Quíbor y la de La Campiña en Palavecino, en ese plan ya llevamos dos días esperando y nada que nos resuelven», exclamó preocupado.
Los problemas se acrecientan cuando luego de perder varios días en cola, funcionarios castrenses les informan que sólo pueden recibir 100 litros de gasoil.
«Es muy poco combustible para poder realizar viajes fuera del estado. Hay camiones que tienen hasta dos tanques cada uno de 200 litros con los que pueden rodar por dos días aproximadamente. Con 100 litros se puede circular solamente en la ciudad, o zonas cercanas como Yaritagua», explicó Brito.
La estación de servicio Santa Elena, conocida como Barsoke en la intercomunal Barquisimeto-Cabudare, también ha sido habilitada para surtir gasoil, pero choferes consultados dicen que son muy pocos los días que está funcionando.
«He llegado a amanecer en cola, me vengo a las nueve de la noche para intentar pasar entre los primeros, pero a medida que ha transcurrido la cuarentena el racionamiento de gasoil ha empeorado», dijo Armando Pérez, conductor de un camión 350 que traslada plátanos desde La Miel, en Simón Planas, hasta Iribarren y Palavecino.
«Esto es una mafia al igual que con la gasolina, el control total de las estaciones de servicio lo tienen los militares que llegan a cobrar hasta 150 dólares para llenar un tanque de 200 litros y evitar la cola», expresó Pedro Mavare, transportista de una droguería. «A veces el combustible lo obtiene el mejor postor, el que ofrezca más dinero a los militares que controlan las bombas», dijo Jorge Galíndez consultado.
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