Ana Uzcátegui | LA PRENSA de Lara.- Enlatados se quedan fríos en los anaqueles, según informaron comerciantes en Barquisimeto. Comer sardinas en lata y atún es una práctica poco acostumbrada ahora por la familia venezolana, por lo costosos que están en el mercado y por lo poco que rinden estos productos.
«En casa preferimos comprar granos o arroz, es lo más barato que se consigue. La sardina en lata no llena, si antes la acompañábamos con la pasta, ahora nos la comemos sola porque el dinero no alcanza», expresó Benito Hernández, consultado.
En 10 mil bolívares se puede conseguir una lata de Sardina de 270 gramos, la más grande, que rinde para máximo tres personas en una sola comida. El atún supera estos precios y las marcas que se consiguen son importadas, desaparecieron los productos nacionales.
Un atún importado de 142 gramos se consigue en Garzón en 24.923 bolívares, es decir 1.9 dólares según Dólar Today, aunque en Estados Unidos la misma lata se consigue más económica en 90 centavos de dólar.
«Antes pedíamos más de cinco cajas de atún y sardina y a la semana ya las habíamos vendido. Ahora sólo pedimos una docena y se tarda como dos meses para que logren ser vendidas», mencionó Jhonny González, vendedor de una tienda de víveres de la avenida Vargas.
El jamón endiablado ni lo miran, y contaron comerciantes que la crema de jamón para untar representa un lujo para los ciudadanos y ya ni siquiera preguntan el precio. «En 6 mil 500 tengo la lata de Diablito Under Wood, es un precio desactualizado porque tiene dos meses en anaquel», expresó González.
En el supermercado Garzón la misma lata está en 9.561 bolívares, también está en precio viejo, mientras en Estados Unidos es adquirida por un dólar.
Productos como la Pepitona de 140 gramos se pueden conseguir en muy pocos locales comerciante. José Hernández la vende en ocho mil bolívares la lata, y contó que las adquirió en Cúcuta. «Mensualmente viajó a Colombia y compro productos, más que todo alimentos, que son revendidos, pero las personas ya no consumen los enlatados. La demanda se centra en productos básicos como la harina, aceite, pasta, arroz y mantequilla. La dieta del venezolano ya dejó de ser variada por la crisis», relató