Osman Rojas | LA PRENSA de Lara.- El más pequeño de los temblores podría acabar con el Monumento al Sol. La emblemática obra de Carlos Cruz Diez está en un punto crítico y de no hacerle trabajos de mantenimiento, alguno de los 32 paneles podría venirse abajo.
Enrique Rivas, artista, explica que la obra básicamente está sujeta de un sólo ángulo y, con el avanzado proceso de corrosión de los paneles, la obra es vulnerable a cualquier movimiento telúrico. De hecho, sin la necesidad de que haya un temblor, los paneles se podrían venir abajo de un momento a otro.
«Es necesario hacer trabajo de mantenimiento a la obra. El deterioro es evidente», comenta.
El gran problema con los trabajos de mantenimiento es que sólo la Fundación Carlos Cruz Diez está autorizada para tocar la obra.
«Cualquier otra persona que haga trabajos de reparación podría dañar la obra», dice Armando Villalón, quien explica que es importante hacer un avalúo del monumento para poder presupuestar los gastos de reparación.