Osman Rojas D. | LA PRENSA DE LARA – El centro de la ciudad dejó de ser el paraíso de los precios. La galopante inflación que hay en Venezuela obliga a todo el mundo a ajustar sus productos y hasta los chinos han dejado de vender barato. De acuerdo a lo denunciado por las personas consultadas en estos momentos da igual comprar en la bodega de la cuadra que en un chino de la 21 pues los precios son calcados.
Las personas decían que, la harina Doña Emilia, por ejemplo, cuesta en el oeste de la ciudad 239 mil bolívares mientras que en el centro el producto tiene un monto de 235. El arroz, el aceite, el café, el queso o los huevos, también tienen precios muy similares a los que se consiguen en el resto de la ciudad.
«Parece increíble que ya los chinos no vendan barato. Uno viene a comprar en el centro porque la costumbre dice que aquí es más económico, pero la realidad no es esa. Hoy vine a ver qué compraba y lo único que me pareció a buen precio fue el jabón de baño. Del resto todo está caro», decía la señora Zuleima Toro, luego de salir de un comercio ubicado en la carrera 21 con calles 31 y 32.
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