Jesús Pérez | LA PRENSA DE LARA.- Por segundo año consecutivo la Iglesia católica ha celebrado el inicio de la Semana Santa a puerta cerrada. La festividad litúrgica que da paso a partir de este Domingo de Ramos, donde se conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, se mudó a los hogares de todos los fieles como medida de prevención ante la segunda ola de coronavirus que padece Venezuela.
Fue el Presbítero Héctor Mario Cárdenas, párroco de la Iglesia Santa Eduvigis en Valle Hondo, municipio Palavecino, quien presidió la Santa Misa de Ramos transmitida por la Arquidiócesis de Barquisimeto durante la mañana de este domingo.
«Jesús entró a Jerusalén montado sobre un asno y fue aclamado como rey por sus seguidores, quienes extendieron mantos, ramas de olivo y de palma a su paso. Gritaban: «¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!»; «¡Hosanna en las alturas!», se recuerda durante la misa.
«El mundo entero está proceso de abatimiento y tristeza (…;) el virus le arrebató la vida a millones, pérdidas de empleo, el hambre de tantas familias, la migración en un momento de tanta dificultad», ha lamentado el Presbítero Héctor Mario Cárdenas. «Este día, que marca el inicio de la Semana Mayor, recordamos a un Jesús; ciervo y doliente, a quien Dios le dio una palabra de aliento».
Pidió que estos días santos sean de «profunda oración» y conexión con el Señor. «Venir a mí los cansados y agobiados, que yo los ayudaré», recordó.
La semana pasada, la Arquidiócesis de Barquisimeto anunció que la feligresía para este domingo debían disponer de palmas u otro ramo apropiado que tengan en sus hogares y reunirse en familia para la escuchar la Eucaristía. Al final de la Misa, impartida la bendición final por el sacerdote colocar junto a un altar, los ramos bendecidos.