Joelis Sosa | LA PRENSA.- Ansiosa, mira de lado a lado, observa cada carro que pasa, carga a su hijo Yonder de un año en brazos y al mismo tiempo le da pecho, en su mano izquierda sostiene un pote plástico de color blanco que lleva escrito con marcador negro “regalame algo para comprarle comida a mi hijo”, así se encuentra en el semáforo de la redoma del Obelisco Mirian Sánchez, una joven de 24 años de edad que asegura no tener trabajo y por ello pide dinero para alimentar a su bebé.
Sánchez, una mujer de piel morena que viste con ropa rasgada y algo sucia, a pesar de ser joven aparenta tener al menos 36 años. Cuenta que día a día se levanta bien temprano para hacerle una arepita de masa de maíz a su hijo, pues asegura que es lo que puede comprar con lo que recolecta por ser lo más económico; luego del desayuno se va con su pequeño al Obelisco para dar inicio a su jornada, pedir dinero por más de seis horas bajo el inclemente sol o la lluvia, nada la para.
Suele llegar siempre a las 8:00 de la mañana y se va a eso de las tres o cuatro de la tarde; sin comer y solo con una perolita de agua se mantiene, asegura que es todo un sacrificio.
“De no hacerlo ¿cómo alimento a mi muchacho?”, rezongó con una actitud un poco altanera, dice que allí pasa toda la mañana y parte de la tarde.
Para Sánchez hacer esto no es agradable, pues a veces se lleva insultos de las personas, aunque asegura que muchos la ayudan y le dan hasta “una arepita”. Dice que hay días donde recoge hasta seis mil bolívares, para ella son días “buenos”, como hay otros donde solo hace dos mil bolívares asegura que le alcanza para una sola comida, allí decide si solo almuerzan o cenan.
Está joven vive en una invasión al norte de la ciudad con su hijo, señala que es madre soltera, y que solo tiene a su mamá y hermano, pero ellos están en unas condiciones similares a ella, su hermano se dedica a limpiar patios y con ello se gana una plática, mientras que su mamá es una señora mayor que padece de diabetes y no está trabajando.
El salir a la calle a pedir fue su opción luego de que donde trabajaba la despidieran. Señala que el desespero por no tener que darle de comer a su hijo fue lo que la llevo a buscar de alguna manera el alimento para el pequeño Yonder. “Yo le limpiaba tres veces a la semana la casa a una señora pero ella me dijo que ya no tenía como pagarme y me pidió que dejara de ir, busque trabajo con otras señoras pero ya tenían las empleadas completas o no estaban aceptando trabajadoras”, lamentó.
Como Sánchez se encuentran muchas mujeres que salen a las calles con sus hijos a pedir dinero sin importarles el peligro que corren, pues la mayoría se para en avenidas exponiendo a sus pequeños. En cada semáforo de las vías principales de Barquisimeto como La Florencio Jiménez, Venezuela, José María Vargas, Libertador, Los Leones, Lara y Los Horcones se observan al menos una mujer con un bebé o embarazada en cada semáforo.
En los centros comerciales y de salud también eestán, con sus muchachos en mano, algunas cargan dos o tres niños entre 0 y siete años de edadalgunos más sucios que otros, despeinados, sin brillo en sus ojos, y con ganas de jugar.
Está situación tiene preocupado a la sociedad en general, porque señalan que los niños están siendo explotados económicamente, por ello hacen un llamado a los entes gubernamentales para que se aboquen a la solución de este problema.
Guerreras de hogar en la calle
En otro escenario muy diferente se encuentran esas madres que a pesar de exponer a sus hijos en las calles se ganan la comida con cada gota de sudor derramada durante el día. Milexa Áreas, quien tiene cuatro hijos limpia parabrisas en la avenida Lara con Leones, para con ello darle de comer a sus cuatro hijos.
Está mujer señala que a diario sale a las 7:00 de la mañana de su casa que está ubicada en El Ujano y se lleva a sus tres pequeños cuando no tiene con quien dejarlos, pues de lo contrario se niega a exponerlos en la calle. Áreas señala que a pesar de no ganar mucho dinero – en el día recolecta de 6 a 8 mil bolívares- lo hace por sus hijos. “Llevar sol no es sabroso, estar todo el día aquí tampoco, es difícil pero todo por mis hijos”, asomó la mujer.
Ella asegura que ha intentado buscar trabajo pero no encuentra, asume que es porque no estudio, pero no pierde la esperanza y carga consigo dos resumen curricular para dárselos a cualquier político que pase por la avenida.
“Vulneran sus derechos”
Nohemí Corrales, Presidenta del Consejo Municipal de Derechos de Niños, Niñas y Adolescente de Iribarren asegura que los padres, madres o representantes que salen a la calle a pedir con sus hijos les están “vulnerando sus derechos”,
“Estamos en una campaña divulgativa, ellos –los padres- tienen responsabilidad penal y van a ser sancionados porque no pueden estar usando a los niños ni para escudo humano ni para explotación económica”, afirmó Corrales, quien aseguró que hay una descomposición social en el país, asegurando entender que en Venezuela hay problemas económicos pero ellos como organismos no pueden exponer a los niños a estar en una condición a la intemperie negándoles el derecho a la tranquilidad, educación y recreación.
Por ello asegura que actualmente tienen como función principal despertar la conciencia ciudadana, a quienes les pide no darles dinero a estas personas porque con ello están contribuyendo a que esa problemática siga creciendo.
Se unen para hacer cumplir la Lopnna
El Ministerio de Educación, Defensores educativos y La Fiscalía Municipal tercera de Iribarren coinciden en que la deserción escolar y el maltrato infantil son problemas que han ido creciendo; por ello se han abocado a trabajar para disminuirlo.
“Con el plan de prevención del delito estamos llevando a las escuelas o instituciones talleres para padres, madres y representantes sobre la responsabilidad de crianza y responsabilidad penal del niño, niña y adolescente y allí empezamos a hablar de los valores sobre las normas de convivencia, la responsabilidad que tienen los padres en esa formación primaria y con ello evitar la violencia escolar”, afirmó Vladimir Gutiérrez, Fiscal Tercero Municipal.
Mientras que los defensores educativos se están formando con el Programa Nacional de Formación Avanzada (Pnfa), para convertirse en defensores y con ello atacar las problemáticas escolares como es la deserción escolar que se ha visto mucho durante los últimos meses, pues aseguran que los niños y jóvenes están dejando de asistir a clases porque se están yendo con sus padres a trabajar o pedir.
“Tenemos alumnos que nos dicen que no vienen porque no tienen que comer en su casa y deben salir a vender algo o pedir para poder alimentase”, lamentó Lolimar Pérez, Docente y estudiante del Pnfa, quien explica que uno de los primeros problemas que van a atacar será este, tratando de conseguir el agua potable para poner a funcionar el comedor del liceo del urbanismo Alí Primera.
Al menos 50 denuncias a la semana
“Está situación nos tiene muy preocupados, a nuestras oficinas llegan al menos 10 denuncias diarias de manera global, pero en su mayoría son por maltrato o por explotación económica”, Lamento Francys, Coordinadora del Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente de Iribarren (Cpnnai), quien explicó que de manera anónima o formal las personas se dirigen a sus oficinas a solicitar ayuda.
Francys señaló que el organismo ha hecho de todo para ayudar pero que en algunos casos atacan algún caso y lo pasan a fiscalía pero a los días las personas vuelven al lugar y siguen con el maltrato o la explotación económica de los infantes y adolescentes entonces “el trabajo queda en vano”, destacó.
Comentó que tratan de solucionar los problemas en el consejo con un trato donde se compromete a los padres con un documento de responsabilidad de crianza y les hacen un monitoreo constante.
Otra de las quejas de los miembros del consejo de protección es no poder ayudar y actuar como quisieran porque los cinco albergues de la entidad están repletos de niños y jóvenes, cosa que les impide poder llevar a otro a alguno porque esto afecta a los que ya están internados, pues la alimentación no sería la misma.
No aceptan ayudas
“Es una situación delicada donde la responsabilidad va directo a los padres, hemos intentado ayudar pero no se dejan”, afirmó Carmen de Ramos, presidenta de la Fundación Municipal del niño de Iribarren, quien señaló que a través de la alcaldía de Iribarren y de la fundación han tomado algunos correctivos como ofrecerles a las mujeres que piden dinero en las calles talleres del programa “aprende un oficio”, para que se preparen y luego con un crédito comiencen a trabajar pero “ninguna ha aceptado”.
De Ramos comentó que la excusa de estas madres es que no se adaptarían a hacer otra cosa, pues también conto que a diez mujeres que piden en las adyacencias de la avenida Lara y Leones les ofrecieron trabajo en el Terminal de Pasajeros de Barquisimeto pero solo aceptaron dos que en menos de una semana abandonaron el trabajo para seguir en las calles.
Al mismo tiempo las invitó a acercarse a la fundación para ofrecerles atención médica gratuita a los pequeños.
Gráfico: Hernández/Castro