miércoles, 6 noviembre 2024
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7,5 kilómetros de Amor, Fe y Oración

Johana Alvarado | LA PRENSA.- “Los feligreses que quieren tocar a la Divina Pastora pueden hacerlo, pero sin atropellos, acercándose con calma. Es una procesión de fe y debemos estar serenos, teniendo el comportamiento que la virgen merece”, es la recomendación que Emilio Rivero, celador con 26 años sirviendo a la patrona sentimental de los larenses, hace para que en esta visita número 162 no existan focos de exceso que terminen en incidentes.

El consejo que da Rivero va acompañado de las palabras de miembros del clero quienes desean que la feligresía viva la procesión con caridad, oración, esperanza y actitud de respeto, es decir, que cada paso este domingo sea seguro, tranquilo y sin ningún tipo de sufrimiento.

La iglesia católica en su mensaje de esperanza e invitación a participar en la Ruta de las Bienaventuranzas no deja de mencionar el entusiasmo y la disposición de oración que se debe llevar. El sacrificio corporal no es sólo el que se necesita, el peregrinar junto a la Madre de Dios debe ser con verdadero sentido.

“Nuestro caminar debe ser con un propósito, debemos llevar un itinerario durante la procesión, ofrecer nuestros esfuerzos físicos por los más necesitados porque no hay manera de amar a Dios, sin amar a nuestros hermanos” indicó el padre Jesús Ramírez mientras invitó a todos a vivir la “experiencia original” que se rodea de oración, veneración, penitencia, sacrificios, esfuerzos y fraternidad que nos permita desprendernos de las cosas materiales para compartir con el otro en el caminar junto a María de 7,5km.

Ramírez mencionó que la procesión se puede vivir de muchas manera y no necesariamente caminando descalzo. Para el caso de los abuelos, los invitó a seguir la transmisión radial y mantenerse en constante oración por los caminantes. Hizo un llamado a los padres de pequeños porque ellos deben “vivir su realidad” y no someter a los niños a la exposición dentro de esta gran masa de feligreses. Para ellos recomienda ubicarse en alguna esquina para que el niño la vea pasar y en casa reforzar el amor mariano con algún juego o la elaboración de un dibujo que ilustre a la Divina Pastora.

A su vez, el sacerdote Alirio Arrieche se refirió al acompañamiento en oración a través del Santo Rosario o la Coronilla de la Misericordia que permitirá mantener en conexión a los caminantes durante el recorrido. Dijo que los diferentes apostolados dentro de la Arquidiócesis se encargaran además de acompañar en oración para fortalecer la espiritualidad, la harán con cantos de alabanza y avivamiento.

El religioso recordó la procesión extraordinaria del pasado 15 de Junio en donde no hubo mayor producción y a su juicio se sintió más intensa la respuesta del pueblo de Dios.

“El 15 de junio no hubo tarimas, no hubo tanta desviación y las personas vivieron en cuerpo y alma este caminar. Debemos aprovechar como aquella vez para elevar una oración por nuestra patria” exclamó la autoridad eclesiástica mientras exhortó a dejar a un lado las distinciones y unirse como pueblo, porque no es un espectáculo banal sino una de las más sublimes expresiones de amor por la Virgen María.

No es sólo folklore

Las promesas durante cualquier procesión se viven de cualquier manera. En la visita de la Divina Pastora no es la excepción, pero los tratos inhumanos con el cuerpo no son necesarios cuando la entrega y la disposición de participar activamente durante el caminar.

“Somos hijos de María y en este caminar nos acercamos a Jesús, no se trata sólo de folklore, es un verdadero acto de fe. No es la playa para venir a broncearse o exhibirse, no se trata de fijarnos como viste el otro, pero es bueno vestir acorde y que sea nuestro corazón el que conecte” dijo la hermana de la Congregación San José de Tarbes, Beatriz Caraballo quien puntualizó que las oraciones deben elevarse con un espíritu de fe para que la virgen escuche el clamor del pueblo.

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