María Segura | LA PRENSA.- En diferentes culturas de nuestro planeta existe el concepto del tótem animal o espíritu animal, la cual forma parte de la filosofía más antigua o ancestral de los indígenas, cuando las etnias convivían en gran contacto con madre naturaleza y se cazaba para alimentarse de esos animales o se defendían de ellos, se conocía cada vez más la esencia del animal, no solo en aspecto físico sino también espiritual, por lo cual los pueblos ancestrales tenían sumo respeto.
Para los indígenas cada animal representa una esencia única, un espíritu especial, una personalidad característica, un estilo, una manera de ser que lo diferenciaba del resto de las especies, el chamán es quien posee toda esa ancestralidad y sabiduría, quien conoce las personalidades y sus características contagiosas o por las cuales se identifican y cómo usarlas a favor de la etnia.
Los primeros amuletos de nuestra historia, se conocen como bolsitas con elementos de los animales cazados: dientes, piel, hueso o también joyas o ropas hechas con huesos, colmillos, de esta forma el humano captaba la energía del animal, el poder del animal. Así pues, el tótem animal no es más que la energía del animal impregnada en el ser humano. Cada persona simpatiza con un tipo de energía animal, solo debe descubrir cuál.
Una teoría respecto a ello es que puede ser que en otras vidas fuimos ese animal, y ahora no somos más que una evolución más avanzada y por ello somos humanos. Eso explicaría, tal vez, porque cada vez hay más seres humanos y menos vida animal, ya que la energía del planeta siempre es la misma, siempre el número de almas ha sido el mismo pero no la evolución de éstas.
El chamán conoce las energías de los animales, sabe que el oso es fuerte y dará salud, sabe que el lince es astucia y dará sagacidad, sabe que el conejo es miedo y dará prudenci, sabe que la mariposa es volátil y dará cambios, y sobre todo ha aprendido a utilizar las energías de estos animales en sus magias.
“Cuando exhortas el poder de un animal, estás pidiendo ser envuelto en armonía completa con la fortaleza de la esencia de esa criatura. Adquirir comprensión de estos hermanos y hermanas es un proceso de curación, y debe ser abordado con humildad e intuición. Ciertos aspectos de las lecciones dadas por estas criaturas han sido elegidos para reflejar las lecciones que cada espíritu necesita aprender en el Buen Camino Rojo. Estas son las lecciones de ser humano, de ser vulnerable y de buscar la totalidad con todo lo que existe. Son parte del camino hacia el Poder. El Poder yace en la sabiduría y la comprensión del papel de uno en el Gran Misterio, y en honrar el hecho de que cada cosa viviente es un Maestro” relata Jamie Sams.
El chamán mediante sus ritos se dice que puede avanzar a otros niveles donde puede comulgar con el espíritu de un águila y volar con ella viendo cosas que en su plano físico no vería. O puede correr con el jaguar y ver en la noche. Todos tenemos un tótem, o varios, no hace falta ser chamán, tal vez ellos conozcan y dominen con sus rituales las energías que éstos emanan, pero nosotros, todos, tenemos un espíritu animal, un espíritu totémico con el cual simpatizamos de manera espontánea y natural. Lo encontramos cuando meditamos y volvemos al origen de nuestra evolución. Créditos a Tótem Animal.