María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- Frustración, temor, así como miedo para enfrentar retos, son algunas de las consecuencias de la sobreprotección de los padres hacia los hijos durante las etapas de la crianza. Psicólogos y psicopedagogos precisan que los padres tienen la función de acompañ;ar y guiar a sus hijos, pero no de tratar de resolverles todo, pues esto lleva a que se conviertan en niñ;os, jóvenes y adultos que no desarrollan una personalidad, es decir, no son autónomos, afectando desde el rendimiento escolar, hasta la comunicación con su entorno.
Explican que un padre puede proteger a su hijo, pero sin caer en el extremo de la sobreprotección, pues esto supone un ataque a su capacidad de aprender, hacerse independiente y desarrollar su autonomía y autorregulación. Además advierten que puede llegar a convertirse en un adulto agresivo, pues en la niñ;ez los padres en su intento de proteger evitan que experimenten situaciones de frustración, algo que no podrán hacer en la etapa de la adultez .
La escuela es el primer lugar donde se detecta que un niñ;o está siendo sobreprotegido. «No atienden a las normas, tienen problemas con los otros grupos de niñ;os y el aprendizaje se ve afectado, porque no asimilan el proceso de enseñ;anza», dijo Mirian Chirinos, psicopedagoga y doctora en ciencias de la educación.
«El rol que tienen los educadores es detectar y actuar frente a esta situación, buscando especialistas como psicopedagogos y psicólogos», explica Chirinos. Asegura que estos comportamientos en los niñ;os deben detectarse a tiempo para evitar que pasen de un grado a otro arrastrando debilidades que puedan truncar el futuro del niñ;o.
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