Guiomar López | LA PRENSA de Lara.- Para evitar los problemas más comunes en la pareja, ambos deben asumir sus aportes desde la comunicación, respeto y afectos. Además de reconocer las fallas y tener la disposición de aplicar correctivos
La entrega como pareja se asume desde el noviazgo, concubinato o matrimonio. Una responsabilidad entre dos personas para conocerse entre atenciones y detalles que alimentan la relación. Los pilares empiezan desde tener claro las intenciones y qué se espera de esa unión, entre afectos, aprendizajes y hasta crecimiento juntos en cualquier escenario.
Las principales fallas que menciona la psicóloga Elba Orozco empiezan por la comunicación. Es vital instalarse en el «aquí y ahora» para ser asertivos, desde compartir su experiencia diaria hasta realizar las observaciones pertinentes ante determinada reacción o situación. Aprender a negociar y expresar como nos sentimos ante determinadas situaciones.
También cerrar el pasado, sin repetir patrones ni comparar. Es el llamado a corregir desde el reconocimiento de la falla y liberarse de esa inseguridad que se refleja en celos y paranoia. Cada pareja es diferente y no debe llevar cargas ajenas. Cada quien es responsable de su propia felicidad y sintiéndose bien consigo mismo, se mantiene ese ambiente de cordialidad.
Lejos de egoísmos
Para la sana convivencia, se tienen los valores inculcados en el hogar y de allí, las sorpresas al encontrarse con incómodos hábitos. Se deben controlar las emociones y realizar los respectivos llamados de atención con respeto. No descalifique ni generalice, sino invite al trabajo en equipo para un mejor estilo de vida y sin caer en los frecuentes reproches.
Cada quien puede conservar su espacio, libertad que no se confunde con libertinaje. Evitar imponer cambios, ni pretender aislar de familiares, amigos o allegados. La pareja no puede ser absorbente, al punto de ser el centro de atención. Se entiende que la familia inmediata tiene prioridad, pero no se justifica el distanciamiento para complacer al ser amado.
Otro error es llevar los problemas a casa o descargarlos contra la pareja. No contamine con la rabia por algún inconveniente en el trabajo o cierta limitación económica. Deje los problemas fuera y no perturbarán su tranquilidad. Si dicha dificultad no pudo resolverse en la oficina, no es conveniente trasladar la preocupación y generar un ambiente de tensión en el hogar.
Tampoco caiga en la tentación de ventilar los problemas con terceros, ni siquiera a parientes cercanos. Cada situación se resuelve entre dos y en casa. Muchos padres acostumbran hasta involucrar a los hijos, perturbando así ese mundo infantil. No permita que los niños se fijen imágenes en contra de alguno de sus padres. Esto puede generar un desarrollo de resentimientos en la edad menos indicada.
Orozco también resalta las consecuencias de la migración, al tomar la decisión sin la debida planificación y no tener una respuesta exacta, de la fecha de regreso o reencuentro en otro país. Así no se estaría sobre supuestos, ni despertaría dudas sobre las verdaderas intenciones. Un tema que se discutirá con los hijos. El éxito dependerá de la comunicación efectiva y permanente, así como involucrarse en los detalles.
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