El tetracampeón del mundo Max Verstappen, ha aprovechado su fin de semana de descanso de la Fórmula 1 para participar en la séptima ronda de la ‘Nürburgring Endurance Series’ (NLS), con el objetivo de obtener la licencia necesaria para conducir un coche GT3 en el mítico circuito conocido como el “infierno verde”. El piloto neerlandés ha expresado en múltiples ocasiones que correr no es solo su profesión, sino también su hobby.
Verstappen explicó que el trazado de Nordschleife está en lo más alto de su lista de circuitos deseados. El piloto de Red Bull lo considera «extremadamente exigente y desafiante» debido a su gran longitud, su diseño estrecho e histórico.
Su participación en la NLS es un paso fundamental para conseguir la licencia que le permitirá conducir vehículos de mayor potencia y, eventualmente, cumplir su meta de competir en las 24 Horas de Nürburgring de 2026.
Max Verstappen podrá competir en Nürburgring el año que viene
Junto a su compañero de equipo Chris Lulham, Verstappen compitió en la categoría ‘CUP3’ a bordo de un Porsche GT4 Cayman, un vehículo con menos potencia que otros de su clase. A pesar de esto, logró clasificar en la sexta posición general, demostrando sus habilidades para competir contra coches más potentes.
En la carrera de 4 horas, Verstappen se encargó del primer tramo, y posteriormente Lulham tomó el relevo. El resultado final ubicó a su equipo en la séptima posición de su clase y ganó su subcategoría.
A pesar de haber completado 14 vueltas, uno de los requisitos para la licencia, el piloto no cumplió con todos los requerimientos, debido a que un segundo coche que usaría para la competición sufrió daños en la clasificación. Sin embargo, el comité de licencias de Nürburgring le concedió la licencia igualmente por su experiencia y prestigio, encaminando así a Verstappen a poder competir en la carrera de resistencia de 2026.