Alexandra Peña | LA PRENSA.- El cardenal eterno, el señor de la disciplina y los valores, el timonel del primer campeonato profesional de Cardenales de Lara en la pelota venezolana se ha ido. Domingo Carrasquel falleció este miércoles 14 de septiembre a sus 78 años y sus seres más queridos tienen en el recuerdo su rectitud y amor por el béisbol.
El señor Domingo, espigado y con un carácter firme dejó el mundo terrenal luego de sufrir de diabetes, además de someterse a varias diálisis diarias.
“Lo recuerdo como una gran persona. Siempre metió las manos por mí y por él ya celebré mis cincuenta años en Cardenales de Lara”, dijo el señor Édgar Carucí con los ojos aguarapados al recordar a su gran amigo.
Nació en el año 1937 y a los 10 años estuvo ligado al béisbol. Su hermano Alfonso “Chico” Carrasquel lo inició como “recogebates”. Ocho años después firmó su primer contrato como jugador profesional con Leones del Caracas luego de haber pasado por la categoría AA.
“Era un hombre brillante, no sólo como mánager sino como pilar fundamental de su escuela, donde formó a niños y jóvenes en los valores”, recordó Alfonso Saer “El Narrador”, durante el velorio de Carrasquel.
“El ordenaba prácticas hasta dos veces al día, antes de viajar tenía práctica y al llegar de viaje nuevamente lo hacía, era un hombre con mucha disciplina”, recalca quien lo conoció y compartió vivencias junto al caraqueño de nacimiento, pero residente en Barquisimeto.
Como pelotero militó en las filas de Caracas, Pampero, Magallanes y colgó sus aperos como pelotero activo en 1971 con Cardenales de Lara, divisa que terminó siendo su casa hasta el final de sus días.
Fue gerente deportivo de Cardenales de Lara por 14 años, mánager y asesor constante del conjunto larense.
En 1989 debutó como estratega de la novena larense y en 1991 consigue el primer título en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional.
También dirigió Pastora de los Llanos y totalizó siete zafras como mánager.
Formó la escuela de Cardenales en el estadio «Chemán»Ramírez al oeste de Barquisimeto.