EFE | LA PRENSA DE LARA.- Al ritmo de «YMCA», la famosísima canción de la banda Village People, un grupo de animadores intentan motivar a los mexicanos en el centro de vacunación anticovid. Unos se mueven con energía mientras otros se resisten, en una escena de lo más pintoresca que recuerda que al país le gusta la fiesta.
«La gente ha respondido excelentemente porque al fin y al cabo somos mexicanos, nos gusta la fiesta, la alegría. Y algo muy importante es que ahora ya quieren ir a su vacuna por el baile y por la atención que se les da», dice este viernes a Efe Magdalena Vega, unas de las coordinadoras del programa Ponte Pila.
En la escuela de primaria Benito Juárez, un centro público de estudios de enormes dimensiones en la céntrica colonia (barrio) Roma, el Gobierno de la Ciudad de México administra aproximadamente 8.000 dosis de la vacuna de Pfizer cada día.
Incluso este jueves se pudo ver al estratega contra la pandemia en México y subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, bailando mientras esperaba su dosis.
Y los encargados de que todo salga bien y no haya aglomeraciones son 900 personas que trabajan en cada detalle en los centros de vacunación.
Entre ellos, se encuentran los becarios de Ponte Pila, un programa social de la capital mexicana que desde 2019 recorre diversas zonas buscando «activar a la población».
«El objetivo del programa (originalmente) es activar a toda la ciudadanía, a los que están en sedentarismo, y en el programa tenemos diferentes actividades como yoga, taekwondo o baile aeróbico», explica la coordinadora sobre las clases que dan los activadores en diversos módulos, parques y centros de la ciudad.
Sin embargo, con la llegada de la pandemia a finales de febrero de 2020, los becarios tuvieron que trasladar su actividad a internet, donde continuaron impartiendo clases.
Fuente: EFE