M. Sosa/J. Sosa | LA PRENSA.- Tienen más de un mes padeciendo de cuadros diarreicos. Residentes del sector La Rinconada del municipio Torres se la pasan de dolor en dolor de barriga porque, según ellos, la falta de agua que tienen desde hace seis meses les afecta.
“Estamos tomando agua del río. La hervimos, pero eso no nos sirve de nada”, asomó Esther Aldazoro, quien reside en el sector San Pedro y señala que al menos un integrante de las 300 familias del caserío se han visto perjudicados con infecciones estomacales.
Encontrar agua potable en la comunidad es una odisea, ya que el acceso a la misma es muy difícil por los precios tan altos de los botellones y porque los vehículos no entran a la zona por el mal estado de las vías, pues son de tierra y con muchas piedras.
Residentes del sector señalan que para entrar al caserío se debe hacer con vehículos 4×4 y motos, pero son muy pocos los que se atreven a meterse a estos sectores para venderles agua potable. Jaqueline Carrasco del sector La Cruz, indicó están sin agua debido al daño que sufrió el dínamo de la bomba que surte a los caseríos y eso fue el motivo que muchos habitantes decidieran usar el agua del río y hasta de las lluvias, que fue el principal aliado para los vecinos quienes llenaron sus tanques, pipas y tobos con el agua de las lluvias.
Son muchos los problemas que presenta este caserío, Luis Gutiérrez, otro de los vecinos del sector comenta que la infraestructura del liceo La Rinconada aún está sin culminar, “el techo es uno de los problemas más caóticos que tenemos”, soltó, pues las láminas que deben cubrir algunos salones nuevos aún no se las han colocado.
Esperan que para el próximo año el gobierno se aboque en culminar esta obra pues los chamos se están formando en muy malas condiciones.
También requieren de un puente o pasarela para cruzar el río, porque cada vez que llueve este crece mucho y les impide salir del pueblo para ir a cumplir con sus labores o ir a estudiar.