Leonellas Díaz | LA PRENSA.- “Tenemos tres meses calándonos el mal olor de las aguas negras, se alborotan mucho los zancudos y moscas, además mi niña de casi dos años, le ha dado diarrea. Estamos cansados de realizar el reporte a Hidrolara y la respuesta que nos dan es que tenemos que esperar”, así relató la vecina Karina Escobar, el calvario que tiene que pasar y aguantar en la entrada de su casa tras un colapso de aguas negras.
Vecinos del sector, le achacan la culpa de las enfermedades que han sufrido sus pequeños como: diarrea, infección pulmonar y vómitos, a Hidrolara porque no les brinda una solución inmediata, a parte que maniobran para calarse el olor putrefacto, dicen estar cansados de tanta charla y espera.
Al menos unas 15 familias se ven afectadas, y temen por la salud de los niños que viven en el sector, pues son los que más sufren.
Las familias lamentan que cuando llueve el daño es peor porque las alcantarillas están tapadas y toda el agua fluvial más la de las cloacas inundan todas las aceras y van a dar hacia las viviendas.
“Esto es insufrible, no estamos para salir enfermos, la situación económica está muy difícil y no podemos permitir que por la incompetencia de las autoridades locales de no resolver los problemas seamos nosotros los que pagamos las consecuencias”, refutó Ana Aldana. Afectados hacen un llamado al gobernador Henri Falcón para que se conduela de los niños y mande una cuadrilla a reparar.