Lorena Rojas | LA PRENSA DE LARA.- Una situación agobiante es la que viven los habitantes de Barrio Lindo, comunidad que pertenece al macrosector El Jebe, al norte de la ciudad, con el servicio de agua potable, debido a que en la parte baja a los vecinos les llega cada 21 días e incluso más.& ;
El que el servicio sea tan inconstante en la comunidad ha hecho que familias hagan el esfuerzo de comprar agua a los cisterneros, quienes por un tanque de 900 litros les cobran 8 dólares.& ;
«Para este sector nos llega el agua muy poco, somos los últimos en recibirla y eso es cada 21 días que logramos almacenar, y aunque la rindamos es poco lo que nos dura», expresó José Silva, quien asegura que dos tanques en su vivienda sólo le alcanzan para una semana porque son una familia de 8, por lo que constantemente se ve en la necesidad de comprar.& ;
Para la parte alta de esta comunidad, los vecinos aseguran que el servicio lo perciben todos los jueves; sin embargo, esta vez tuvieron deficiencias porque una de las válvulas que hay en la calle se «estranguló», lo que no permitió que todos los vecinos de la zona almacenaran para usar en la semana.& ;
Las constantes fallas en este servicio han hecho que los habitantes tengan que rendir hasta la última gota e incluso aprovechar cuando llueve en destapar sus tanques para que se llenen un poco.& ;
Las familias tienen entre dos y tres tanques, pues es la única manera de tener agua para cubrir sus necesidades.& ;& ;
Calles de la comunidad están hechas trizas
En la comunidad las calles están muy deterioradas, vecinos aseguran que desde hace años no reciben un cariñito, lo que hace que vehículos no puedan transitar por la zona.
Para la parte alta esperan que llegue el Plan Tapahuecos, el cual habría sido aprobado y para la parte baja esperan que se apruebe un proyecto de vialidad, porque el asfaltado se ha consumido por completo.
Escuela necesita ayuda
La escuela de Barrio Lindo, la cual se ubica en la parte alta del sector requiere de una mano amiga para pintura, reparación de algunos techos y material didáctico para los estudiantes.
Su directora, Maira Velázquez, aseguró que aunque sí han recibido algunos beneficios por parte de entes gubernamentales, como dotación de uniformes para estudiantes y zapatos para el personal, requieren de otros insumos.& ;
«La matrícula es de 63 estudiantes y se trabaja de lunes a viernes, la matrícula creciera más si nos llegaran alimentos al comedor, porque no tenemos el código», dijo. Recurren a la electricidad En la comunidad tienen dos meses esperando que les surtan el gas doméstico, el cual ya fue cancelado. Para cocinar recurren a las cocinas eléctricas, pero por la alta demanda del servicio se quedan sin luz. Aseguran que los racionamientos son frecuentes.