Luis F. Colmenárez | LA PRENSA DE LARA.- Más de 6 mil familias que viven en el macrosector El Ujano, al noreste de Barquisimeto, manifiestan que su calidad de vida ha retrocedido al menos 40 años, pues después de gozar de servicios públicos de calidad, en la actualidad se encuentran casi cocinando a leña, caminando largos kilómetros por falta de transporte y lidiando con la fetidez y contaminación que emana del colapso de cloacas en varios puntos.
Esta comunidad modelo que fue constituida en la década de los 80, hoy se ve resumida en un abandono y precariedad. En el año 1964, el entonces presidente de la República, Raúl Leoni, aprobó la construcción de un proyecto habitacional. Con el paso de los años, fueron edificadas otras dos etapas.
En los alrededores de la comunidad había potreros y sembradíos que comenzaron a ser invadidos por personas que buscaban tener una mejor calidad de vida. La notoriedad y buena reputación de la que gozaban los habitantes de la zona hacían ver a El Ujano como un lugar soñado para vivir.
Fue así como en el transcurso de dos décadas, nuevas familias fueron construyendo su hogar en los terrenos aledaños para posteriormente convertir la zona residencial de tres etapas en un macrosector que le dio la bienvenida a Caucagüita, José Gregorio Bastidas, Tierra Negra, Indio Manaure, Simón Bolívar, Uribana, Uribana Sur, San Valentín, Las Margaritas, Grenada, Plaza Caribe, La Segoviana, Villas del Este, Río Lama, La Rosaleda y Valparaíso.
Por muchos años gozaron de un estilo de vida elevado, con servicios públicos de calidad, pero todo comenzó a decaer con la llegada del actual modelo de Gobierno.
Los habitantes de José Gregorio Bastidas, Las Margaritas y Tierra Negra destacan que se han visto obligados a vivir rodeados de un olor nauseabundo proveniente de un desborde de cloacas. Detallan que en distintas oportunidades, comisiones de Hidrolara se han presentado a realizar las evaluaciones correspondientes, pero no se abocan a ofrecer soluciones.
«Ellos han venido, pero sólo toman fotos, nos dicen que no hay recursos y se vuelven a ir por donde vinieron», afirma Ángel Alvarado, vecino de la zona.
Alvarado, quien reside en José Gregorio Bastidas, expone que en el año 2014 se presentó el colapso de cloacas en su sector. La Hidrológica les ha hecho saber que requieren de al menos 400 metros de tubería para poner fin al padecimiento que se ve agravado con la llegada de las lluvias, pues debido a que las calles no cuentan con desagües, el líquido contaminado y putrefacto se mezcla con el que cae del cielo y terminan generando inundaciones en las viviendas.
La problemática tiene tanto tiempo, que el asfalto fue cubierto por una capa de tierra que ha servido como fertilizante para la maleza que hoy se extiende a lo largo de la calle Bolívar.
Algunos vecinos han intentado quitar todo el monte que ha comenzado a crecer, pero cada vez que lo tocan sus manos comienzan a presentar lesiones provocadas por el contacto con la tierra llena de restos fecales que brotan de las cloacas.
Una situación similar se vive en Tierra Negra, donde el canal de aguas fluviales terminó siendo el punto de desembocadura de las aguas residuales, que sirve como criadero de zancudos y hasta babas.
Wilfredo Soto asegura que la situación es sumamente alarmante, pues los casos de vómito, diarrea y leishmaniasis han tenido un repunte e incluso ha cobrado vidas, debido al nivel de la contaminación.
Sin asfaltado
En total, la comunidad necesita al menos dos mil metros para cubrir los caminos de tierra que se extienden por algunos sectores.
En el caso de Uribana Sur, los vecinos viven con el Jesús en la boca cada vez que llega la temporada de lluvias, y es que al no tener calles ni desagües, aparece un río que arrasa con todo a su paso.
Eligio Medina destaca que la situación se debe a que las personas construyeron sus viviendas en medio de un buco, sin tener en cuenta lo estragos que podían generar las precipitaciones.
Hay familias que han tenido pérdidas de enseres, como es el caso de Lorenza Torrealba, quien en lo que va de 2021 ha visto cómo su hogar queda bajo el agua.
Asimismo, en el sector dos de El Ujano, la ruptura de un tubo de aguas blancas ha comenzado a hacer estragos.
Desde la estación de bombeo La Segoviana se envía agua hasta el tanque «Cristo Viene», el cual tiene la tarea de surtir el preciado líquido a cada una de las familias del macrosector.
No obstante, la avería en el tubo hace que miles de litros corran por las calles y deterioren paulatinamente el asfalto.
Además de ello, en Caucagüita, Tierra Negra, José Gregorio Bastidas y Las Margaritas las personas sienten en carne propia los embates del problema, pues el suministro de agua es deficiente, por lo que deben recurrir a sectores vecinos para hacer uso de la solidaridad y cargar unos cuantos tobos que les permitan solventar la sequía.
Calles oscuras
La mayor parte de las calles del macrosector han quedado a disposición de la penumbra, debido a la avería de los bombillos que brindaban seguridad a los vecinos.
Destacan que desde el año 2014, los bombillos no han sido reemplazados por Corpoelec, por lo que ellos mismos han tenido que colocar iluminación en el frente de sus viviendas para que la delincuencia no haga de las suyas.
Intermitentes
La colectividad expone que los servicios de gas y aseo hace mucho tiempo dejaron de ser regulares en la zona.
«El gas llega dos veces al año, si acaso», expone la señora Edilia Bermúdez, quien detalla que las familias han tenido que buscar un plan B, como el uso de cocinas eléctricas o en su defecto leña.
Igualmente, algunas personas han comenzado a tomar la quebrada de Tierra Negra como un vertedero improvisado como respuesta a la poca frecuencia con la que pasa el camión de la basura.
Habitantes se sienten aislados
En años anteriores, unidades de transporte público pertenecientes a la Ruta 12 y la Ruta 21 se encargaban de trasladar a las personas a cualquier destino.
No obstante, la falta de efectivo, además de la crisis económica y la falta de combustible han hecho que hoy por hoy sean pocos los buses que se mantienen activos.
Si bien hay unidades que aún están trabajando, estas se quedan ante la cantidad de habitantes.
«Desde hace décadas no se veía tanta gente caminando. Ahora las bicicletas y los peatones están por todos lados, es como si hubiésemos regresado al pasado», manifiesta Eligio Medina.
La comunicación es inexistente
Desde el año 2017, los vecinos de las tres etapas de El Ujano han quedado con una comunicación nula, después de que delincuentes robaran los cables de Cantv.
Las personas se encuentran al borde del desespero, y es que Cantv les ha notificado que no poseen equipos para restituir el servicio.
Los vecinos detallan que les parece ilógico que no se aboquen a ofrecer soluciones, cuando en zonas vecinas como Plaza Caribe, La Segoviana y Villa del Este tuvieron el mismo problema y en cuestión de meses les solucionaron.
«Sólo dan respuesta a sectores con la posibilidad de pagar», denuncia con indignación el señor Eligio Medina.