Daimar Díaz – LA PRENSA de Lara .- En junio fue el ultimo mes en el que los habitantes de la carrera 3 con calles 2 y 3 del Barrio La Paz contaron con el servicio de agua potable por tubería.
Los vecinos aseguran que sobreviven con el agua de lluvia porque pagar cisternas se ha vuelto un verdadero lujo, «cobran hasta 60 mil en efectivo por llenar un tanque de 1000 litros, toca recoger agua cuando llueve», expresó Ricardo Medina.
Los sectores 14 y 15 son los más golpeados por las fallas en el suministro del vital liquido, pues deben cargar agua de una quebrada cercana para poder hacer uso de los baños.
María Medina habitante del sector, comentó que en la comunidad hay muchos adultos mayores a quienes se les impide hacer fuerza y no les queda de otra que esperar a la caridad de algún vecino que pueda darles un poco de agua. «De las otras cuadras a veces le regalan una jarrita de agua a las personas mayores pero cuando no lo hacen viven como camellos», sentenció.
Expresaron que sus visitas a la sede de Hidrolara no han sido satisfactoria, pues no suelen plantearles posibles soluciones ante la problemática que presentan, además aseguran que en la hidrológica atribuyen la falta del vital liquido a los prolongados racionamientos que son aplicados en la comunidad
«Solo dicen que cuando nos toca tener agua no hay luz y por ende las bombas que nos surten no encienden, pero casualidad siempre toca el agua cuando no hay electricidad», dice Rosa Alvarado.
Hacen un llamado al presidente de Hidrolara Ingeniero Numas Colmenarez a solventar las fallas del servicio, pues aseguran que desde el año 2015 la intermitencia del agua se ha hecho presente y hasta la fecha los entes gubernamentales no han dado respuestas a las denuncias realizadas por la comunidad.