Luis F. Colmenarez | LA PRENSA DE LARA.- En la avenida Libertador con calle 60, en el oeste de Barquisimeto, está un bote aguas negras desde hace meses. La situación afecta a residentes, a trabajadores y clientes de los locales comerciales de la zona y también a quienes transitan por allí.
Una empleada de un restaurante cercano dijo que la situación se les ha hecho insoportable. Refirió que una cuadrilla de Hidrolara los visitó, pero no solucionó el problema y no saben a quién recurrir para solicitar ayuda.
Ana Torres, quien trabaja en uno de estos establecimientos vecinos, manifestó que la cuadrilla hizo un pequeñ;o trabajo que solamente sirvió de pañ;ito de agua tibia, porque semanas después, específicamente en el mes de octubre del añ;o pasado las aguas servidas comenzaron a brotar de nuevo y crearon un río fétido que se desplaza por toda la orilla de la acera hasta llegar a la conocida Villa Bolivariana.
La situación es tan inaguantable que la gente dejó de comer en uno de los negocios y los dueñ;os se vieron en la penosa necesidad de venderlo porque ya no le estaba generando ganancias suficientes para mantenerlo.
Al mediodía el problema se agrava porque la intensidad del sol hace que la fetidez empeore. Las moscas se posan en las aguas putrefactas y después se pueden parar sobre los alimentos y las personas, ocasionando enfermedades. Los clientes y visitantes han dejado de frecuentar el sector.
Enfermedades
Según publicación de la Organización Mundial de la Salud, en aquellas zonas abiertas donde haya aguas negras, uno de los peores efectos es el nauseabundo olor que se puede dar, pero también es que muchas de sus partículas pueden dispersarse en el aire, ser inhaladas por las personas y provocarles malestar gastrointestinal, náuseas y vómitos, pero también enfermedades tales como el cólera, otras diarreas, la disentería, la hepatitis A, la fiebre tifoidea y la poliomielitis.