Daniela Valladares | LA PRENSA.-Hace una semana Lisneth Rodríguez atendía a su bebé de 4 meses en uno de los cuartos de su casa, cuando de repente escucho ¡boom!, la tubería de cloacas que atraviesa el patio explotó y las aguas servidas comenzaron a inundar todas las habitaciones. El olor se hizo presenten y la contaminación también.
Ella no fue la única afectada, otras 20 familias de la calle 5 de Alto de Jalisco, al norte de la ciudad también les pasó esto.“Estoy viviendo provisionalmente en casa de mi suegra porque es un riesgo exponer a mi hijo a estos olores”, exclama Rodríguez, mientras sostiene al pequeño en sus brazos y se aleja de las aguas negras y verdes que recorren hasta 5 cuadras.
En la vivienda de la señora Braulia Peraza también ocurrió lo mismo, la tubería no aguantó más y reventó. Ante esto debe ponerse un trapito en la nariz ya que la fetidez le genera dolor de cabeza. El cachimbo de la cloaca se encuentra en todo el medio del patio que es de tierra, por eso con la mezcla de las cloacas todo se empichaca.
Peraza expresa que en la comunidad viven muchos niños y abuelitos que deben soportar la hediondez día y noche. Incluso algunas familias han optado por dormir en otras casas porque les resulta insoportable la situación.
Pero el problema del bote de aguas negras no es nuevo en el sector. En enero del año pasado también ocurrió lo mismo pero Hidrolara envió una máquina que destapó la tubería. Los vecinos aseguran que los remiendos no son suficientes y la solución definitiva es sustituir todo el sistema.Liliana Córdoba, vocera del consejo comunal El Renacer de Altos de Jalisco, cuenta denunciaron el caso a la hidrológica.