Joelis Sosa | LA PRENSA.- El patinar en barro se ha convertido en el día a día de las 74 familias de la calle Clemente Brito, quienes se sienten engañados porque los 15 días en que repararían la vialidad se han hecho eternos y pasaron a ser seis tormentosos años. “Las troneras quedaron para siempre”, lamenta Zuleima Torrealba, quien explica que este desastre quedó luego de la instalación de la tubería matriz, proyecto que fue realizado en el año 2011 para mejorar la distribución de agua para todo El Roble de la parroquia Concepción.
Torrealba mientras está sentada dentro de su casa hojea varias carpetas buscando los documentos del proyecto y las promesas incumplidas por Hidrolara, porque les aseguraron que repararía la calle dos semanas después de la instalación y ya han pasado 6 años.
La calle pasó de ser una de las mejores del sector, a una con full barro y al menos con 6 botes de agua constantes, siendo este otro de los problemas con los que acarrea la comunidad. En diferentes ocasiones la tubería matriz de El Roble se rompe y dura muchos días botando agua.
Hace seis meses una cuadrilla de la hidrológica visitó el sector, para solucionar el bote de agua que no duró ni cuatro meses bueno, luego de dos meses el flujo de agua continuó corriendo por la calle. Los vecinos del sector señalan que las reparaciones no duran porque por la zona transitan a diario al menos ocho camiones de carga pesada que se dirigen al final de la calle donde hay un vertedero ilegal.
Esta comunidad que forma parte de El Manzano también solicita la instalación de tubería de agua propia. Tienen tres años en la lucha por ello pero en Hidrolara les han dicho que deben hacerlo por autogestión, cosa que les parece imposible por falta de dinero. Las familias exigen una solución viable.