Luis Felipe Colmenárez | LA PRENSA DE LARA – La contaminación y los malos olores han pasado a convertirse en todo un mal para las personas que viven en el casco urbano de Siquisique, municipio Urdaneta.
Desde agosto del año 2017, las personas que hacen vida en la localidad deben enfrentarse al desborde de aguas negras que ha provocado el colapso de la cloacas.
Denuncian que todo comenzó cuando de las bateas comenzaron a brotar los restos fecales, lo que prendió las alarmas entre la colectividad.
Desde ese momento, hay viviendas que terminan rodeadas de agua hedionda que representa un alto riesgo de enfermedades. Exponen que niños y adultos mayores han comenzado a enfermarse y a presentar infecciones en la piel debido a la problemática.
Afirman que en reiteradas oportunidades han acudido a la sede de Hidrolara para buscar una respuesta, no obstante, declaran que estas visitas han sido en vano, pues siguen siendo ignorados.
Sostienen que en lugar de avanzar hacia una mejor calidad de vida, sienten que han retrocedido décadas.
La politólogo Marisol Bustamante denuncia que las aguas residuales han comenzado a mezclarse con el Río Tocuyo, del cual la comunidad acostumbra a extraer agua para cubrir sus necesidades.
Su llamado a entes competentes o «personas de buen corazón» que estén dispuestas a tenderle una mano amiga que les permita retornar a la «normalidad» que desde hace mucho tiempo han dejado de tener.
Calles quedan a oscuras
La penumbra se ha convertido en un completo dolor de cabeza para los vecinos, y es que afirman que los postes de luz se han ido quedando sin bombillos con el pasar del tiempo.
«Si no es por la vecina que ha colocado esos dos bombillos, aquí los delincuentes estarían haciendo lo que les da la gana en cualquier momento» comentó la señora Raby Perozo.
Sostienen que el miedo los invade cada vez que deben transitar por la zona en horas de la noche, ya que no saben con que podrían toparse.
En tal sentido, hacen un llamado a Corpoelec para que los visite lo más pronto posible, en aras de evaluar la situación que los aqueja y les devuelvan de una vez por todas la iluminación que es tan necesaria.