Cuatro botes de agua en el macrosector El Ujano, al este de Barquisimeto, mantienen a unas mil doscientas familias sin suministro de agua. Juan Suárez, habitante del sector siete, cuenta que ya en el lugar van a cumplir cuatro años que no les llega el agua con regularidad, por lo que entre los mismos vecinos les ha tocado ingeniárselas para tener agua en sus casas.
Los vecinos de la comunidad consideran que con los botes que hay en las tuberías que se encuentran ubicadas detrás de la Universidad Fermín Toro, el puente Bicentenario, La Segoviana y el más reciente cerca del tanque Cristo Viene, es lo que impide que puedan contar con el servicio como se debe. Ya el reclamo lo han presentado a los entes correspondientes, pero hasta la fecha no han realizado ningún arreglo.
En los botes directos de las tuberías no han enviado la cuadrilla para colocar los puntos de soldadura necesarios para evitar el despilfarro de agua, mientras que en el sector La Segoviana, detrás de las oficinas del Saime, se debe hacer la sustitución de por lo menos mil metros de tuberías, pero sólo instalaron 600 metros y el tubo original sigue con el bote, y los vecinos temen que esto dañe los tubos nuevos.
Botes de agua impacta en la presión
Para Carlos Peroza, esto tendría mucho que ver con las veces que a la comunidad llega el maniobrero, quien es la persona encargada y responsable de abrir y cerrar el agua, en esos momentos sí llega el servicio, pero con poca presión y eso limita el suministro para toda la comunidad.
Ramón Almao ya casi pierde la cuenta de cuántos años llevan en este padecer, según recuerda hace más de seis años, por lo que han optado por conectar una toma en la calle de atrás del Hospital Militar, donde a veces llega algo de agua y colocan una bomba hidroneumática con la que a través de una manguera tratan de surtirse los vecinos.
«Cuando logra llegar algo de agua, a la hora que sea, que por lo general es de noche y en la madrugada, hay que trasnocharse para poder surtirse y no verse obligado a pagar por el llenado a un camión cisterna. Cuando llega en el día e intentamos poner la bomba se va la luz y duramos hasta cinco horas sin servicio eléctrico y lamentablemente sin luz no podemos tener agua», reclama Pedro Querales.
Esta es la realidad que también viven en diversos sectores del macrosector El Ujano. Los habitantes de la comunidad lamentan que mientras miles y miles de litros de agua se pierden por medio de las fallas que han logrado detectar, ellos tengan años dependiendo de un tobo y una toma adaptada para poder contar con un servicio básico.
En la comunidad no piden que el suministro sea diario, pero sí por lo menos que sea constante en suministrarles el agua por las conexiones que se encuentran dispuestas tanto en las calles como en cada una de las viviendas que están ubicadas en la zona.