Ednelly Evíes | La Prensa-. Yasmira Crespo aún recuerda con cierto temor, cuando hace 15 días, un sonido estruendoso la hizo que pegara un brinco de la cama, mientras dormía, y al asomarse hasta la puerta de su casa observó un panorama desalentador: todo el frente había sido derrumbado. A un vehículo de transporte público que circulaba por la avenida principal de El Trompillo parte alta, se le fueron los frenos y se estrelló en la pared de la casa de la familia Crespo cuando eran cerca de las 4:00 de la tarde.
Por fortuna esta vez sólo hubo pérdidas familiares, pero hace dos meses en esa misma curva se registró un vuelco de un camión cisterna que dejó una dama fallecida y dos heridos de gravedad.
Estos hechos mantienen alarmados a los vecinos, quienes ahora viven con el rosario en la boca pidiendo a Dios que no ocurran más accidente, sin embargo, la falta de iluminación de la vía, las curvas pronunciadas que por allí se encuentran, aunado al exceso de velocidad, son los principales causantes de accidentes de tránsito.
“A diario estamos expuestos a accidentes. La semana nunca pasa en blanco, se registran uno o dos accidentes, los motorizados y los peatones somos los más afectados”, cuenta con preocupación la señora Griselda Hernández, residente de la zona. Los vecinos cuentan que de 18 lámparas que hay a lo largo de la avenida, sólo encienden la mitad de ellas, unas pocas permanecen prendidas de día, y de noche están apagadas por lo que la zona queda a oscuras.
La calle es una de las importantes arterias del norte de la ciudad ya que es usada como vía alterna porque comunica con la comunidades de Carorita. Cuando hay trancas en la intercomunal Barquisimeto-Duaca, es la avenida de El Trompillo la más transitada. Aunque en reiteradas oportunidades había sido tomada por funcionarios policiales, que se instalaban debajo del puente
con alcabalas, desde hace muchos meses para acá han dejado de hacerlo por lo que los conductores meten full chola a los carros sin percatarse del peligro.
Quienes viven a lo largo de la vía son los más afectados, aseguran que en horas de la mañana, al mediodía y a la seis de la tarde, cuando hay más personas transitando por la calle, hay más vehículos circulando a exceso de velocidad y sin control por lo que exigen reductores de velocidad.