LA PRENSA DE LARA.- EN el béisbol nada sobra, siempre falta algo. En los preliminares del torneo el cuerpo técnico de Cardenales meditaba sobre la abundancia de talento, la cantidad de jugadores que iban a estar disponibles para entrar al campo. Las cuentas eran halagüeñ;as —; unos cuantos grandeligas en acción y varios peloteros titulares con posibilidades de ir a la banca. Que si viene fulano, que donde jugará mengano. En fin, había para regalar, presuntamente. Pero las horas bajas nunca están ausentes. El martes en Maracay el equipo salió al campo con tres jardineros que no son titulares de la zona — Manuel Meléndez, Javier Sanoja y Jecksson Flores — luego de una serie de sucesos que movieron el roster de manera drástica. Cesantearon a Kennys Vargas, Jermaine Palacios se ausentó por razones personales, Rangel Ravelo sintió que volvía la lesión en una de sus muñ;ecas, Gorkis Hernández no aparecía en el roster y Odúbel Herrera tuvo que abandonar el campo porque se sintió indispuesto. Aparte de todo lo anterior, que fue bastante, los relevistas andaban tambaleantes, apaleados recientemente, y el cuerpo de abridores sufrió bajas como las de Sal Romano (en USA nuevamente), Williams Pérez con dolores en la espalda, más la ausencia por toda la campañ;a de Raúl Rivero. La gerencia movida con intensidad para traer dos tiradores dominicanos y el manager Carlos Mendoza rascándose la cabeza para elaborar la alineación.
PERO que a nadie se le ocurra vaticinar en este deporte tan complejo. Lara sacó una agradable división de honores en Maracay y ha podido venirse a casa con la tajada completa, solo que sus bomberos no apagaron el fuego felino en la primera tanda. Un bateador de .200, Yojhan Quevedo, noveno en el orden, sacó dos bolas en la jornada — su mejor fecha ofensiva en la LVBP — y fue baluarte en la conquista a segunda hora, 6-0, un blanqueo que en esta liga — con el pitcheo tan castigado por los toleteros — resulta casi una hazañ;a… CON un calendario que le asigna ocho juegos en esta semana, Carlos Mendoza no tuvo otra que decirle a sus muchachos del medio que aguantaran el vaporón en el segundo juego. Total, cinco brazos limitaron al bando aragüeñ;o a tres imparables y una lechada impensable por los precedentes inmediatos. Una alineación de emergencia, sin los titulares curtidos, sacó una victoria que salvó los muebles. Es viable repetir una frase que los peloteros utilizan mucho en sus declaraciones triunfales: «Este es un club muy unido y cada quien da el 110 por ciento».
HÉCTOR Rodríguez funcionó en la encomienda de abrir el segundo careo en el «Pérez Colmenárez». En dos entradas solo aceptó un imparable, aunque vio gente en las bases por sus tres boletos. Hasta ahora, en siete episodios de trabajo y cinco intervenciones, no le han anotado carrera. El problema del zurdo radica en la tendencia a irse del plato, ya que suma siete transferencias… OTRO siniestro mejor clasificado, Darwinzon Hernández, trata también de mejorar su control con la actuación en la LVBP. Tiene una recta que coloca detrás en el swing a los rivales, pero requiere de una locación que le permita establecerse en grandes ligas. Su trabajo hasta ahora le da garantías al club guaro en el octavo inning, pese a su defección en Maracay, víctima de la falta de dirección en sus despachos. Por estas y otras razones el pitcheo larense ha tenido sus vaivenes. Ante La Guaira, Néstor Molina tuvo su acostumbrado inicio flojo, pero luego él y los relevistas amarraron una ofensiva que venía de atacar fuerte a los rivales, con una alineación que inspira temor, pero que ya no tendrá en los siguientes careos de la eliminatoria a Ronald Acuñ;a, a quien despidió de manera muy sentida el público larense tras tomar su turno final dentro del permiso que le fue concedido por los Bravos de Atlanta para trabajar en este circuito… CON 23 victorias hasta el miércoles, Cardenales comienza a hacerle guiñ;os a la clasificación. Con cuatro equipos jugando muy por debajo de los quinientos, se intuye que con 28 triunfos se habrá amarrado un cupo para la ronda semifinal de cinco escuadras… SOLO Zulia (3.51) escapa al bajón general en la efectividad del pitcheo. Tres equipos, Magallanes, Bravos y Tigres, andan por encima de las cinco carreras permitidas por cada nueve entradas de trabajo
LA tendencia de los árbitros es a cerrar la zona de strike, eso es evidente y se maneja una especie de reglamento sobre el particular. En MLB castigan mucho a los lanzadores con una zona de strike chica, y en estos circuitos se sigue el ejemplo. Pero lo peor que puede tener un árbitro es una zona volátil, irregular, cambiante. Si aquí tuviéramos el famoso cuadrito de la TV norteamericana las evidencias marcarían los desatinos. Es cuestión de ser constantes, con una apreciación invariable, entendiendo que los errores no faltarán porque se trata de seres humanos. En líneas generales aquí tenemos buenos árbitros, algunos con graduación de liga grande, pero aprender siempre es posible, y corregir siempre es factible. En la LVBP ya conocen a los que tienen que hacer los correctivos de rigor.
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