LA PRENSA de Lara.-& ;ELECTRIZANTE postemporada, sufrido epílogo. El júbilo imparable de los aficionados se conecta con los instantes de profundo suspenso arrojados por un torneo que fue calentándose hasta llegar al punto máximo de ebullición. Un siglo pareciera separar el primer play off frente a Magallanes — pasando por la enconada disputa semifinal ante Zulia — del tórrido cierre ante Caribes, cuyo espíritu no menos indomable sirvió de acicate para luchar por un lauro que resbalaba de las manos con abismal frecuencia?..DIFICIL escoger los instantes más preciados del triunfo. Es verdad que las series ante los Navegantes (4-2) y las Águilas (4-1) fueron dominadas sin llegar a una séptima confrontación. Pero es incierto que hayan sido accesibles oponentes. Hubo cuatro episodios extras y se requirió de la mayor agudeza y juego fino para doblegarlos. A la escuadra marina se le ganó el decisivo en Barquisimeto, 2-1, cuando Luis Jiménez envió un cohete remolcador de dos marcas en el octavo tramo del sexto compromiso. Los lacustres fueron abatidos particularmente por un triple de Osman Marval que superó la obstinada resistencia del bando rapaz, espoliado por Ángel Reyes, erigido como novato de gran calibre. Olvídense de eso, pasar a la gran disputa no fue coser y cantar en ningún careo. Los escudos rivales resistieron los embates con una valentía elogiable.
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& ; & ; LARA se topó en la culminante con una escuadra madura, acostumbrada al roce, la competencia. Por eso la tribu partió como favorita ante una novena que descollaba con la peculiar costumbre de no dar nada por perdido. Cuando arribamos a Puerto La Cruz con la serie 1-1 las apuestas aumentaron a favor del bando indígena. Félix Doubront, atinado refuerzo, se encargó de amarrar a los alados en cuatro hits y una carrera. Entonces hubo una inmediata respuesta por igual marcador, 5-1, para asegurar el regreso al estadio AHG. El quinto enfrentamiento nos dio una muestra de lo que venía. Caribes dejó en el terreno a Cardenales, 3-2, con un hit del insoportable Williams Astudillo en el noveno acto, tras un pecado del campocorto Deiner López?..ASÍ fue que tomamos el avión hacia Barquisimeto sin imaginarnos lo que nos aguardaba en el azar beisbolero. El visitante llegaba crecido y confiado. El anfitrión estaba lejos de levantar los brazos en señal de rendición, ni mucho menos?..LOS elevados seguirían generando taquicardia en los aficionados. Casi 17.000 personas observaron como Isaías Tejeda dejó caer, con dos out, un globo de foul, detrás del cual Oswaldo Arcia empujó una con doblete y quedaron corredores en tercera y segunda. Se jugaba el cuarto tramo.
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& ; & ; & ;LO siguiente ya es parte de la gran historia cardenal. Gorkis Hernández despachó un tablazo sobre el jardinero central que jugaba adelantado. Yordanis Linárez corrió desesperadamente mientras la pelota lo bañaba casi irremediablemente. Se encontró con ella a sus espaldas y a dos metros de la pared, alejado hasta 400 pies del plato. Fracciones de segundo para liquidar cualquier corazón débil. Ese engarce torció la ruta de la gran final. Los nervios, empero, estarían a prueba nuevamente y sin tardanza. Lara entró al noveno ganando, 5-3, y Arcia acercó la pizarra con cuadrangular por la derecha. De seguidas un fly al cuadro erizó a la multitud, varios buscaron la bola y Mendoza pidió a última hora. La falló y el empate llegó a la inicial. Tras un cohete de René Reyes, sacrifly de Gabriel Lino le arrancó de momento el manjar a los de casa?..UN pelotero cuyo nombre todavía no pronuncian bien los aficionados se encargó de refrescar a una afición extenuada, sudorosa. Metió triplete Josmar Cordero en el décimo, y dos boletos más tarde Yonathan Mendoza se reivindicó con una línea violenta a la izquierda. Había séptimo juego. Colas desde temprano en el estadio, cupo completo. Poco más de veinte mil almas presentes para buscar el galardón soñado.
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& ; & ; & ;Y otra vez Félix Doubront. Mientras Williams Pérez lograba un cero milagroso con tres en bases en el segundo tramo y patinaba en varios innings, el siniestro del frente estaba impasible con cuatro incogibles aceptados en cinco entradas. Jonrones seguidos de Hernández y Lino en el sexto apagaron el bullicio en el parque de la rotaria. Había que recurrir al espíritu indómito de los crepusculares. El encargo era para un bate sin aspavientos toda la temporada. Carlos Rivero avivó el jolgorio con un tablazo sobre tres cuartos de grada en el sexto. Reacción fallida en el séptimo y preparativos para el sonido de los cañones guaros en el octavo?..JIMENEZ le sacó, con su estilo paciente, el boleto a Nesbitt. De inmediato, López fue a sustituirlo y Arcia ensayó bien el sacrificio, Escena preparada para el héroe inesperado del día anterior. En dos strikes, Josmar Cordero pescó un envío afuera y sobró al inicialista. Empate retumbante, fuego en las tribunas, más encendidas aun cuando Yordanys Linárez, indiscutido MVP, disparó un misil al lado del campocorto. Sentenciado el 4-2, motivo para iniciar la madrugada que soñaban celebrar en su hogar los pájaros rojos desde 1999. Es así, este título está labrado sobre piedra. Se alojará en los corazones y permanecerá por siempre en las mentes de los cardenaleros. Enero para guardar. Único.